Salaaaaado

Hace tres años me tocaron 150 euros en la lotería de navidad. Aquel día era la comida de empresa, que derivó en merienda, cena y recena. Después de esta nos encaminamos a otro despacho de alcohol y ahí reventé la rueda de mi alfita contra un bordillo de la plaza del duque de Pastrana. Los 150 euros de la lotería se esfumaron al día siguiente con otros 150 míos en el Midas cambiando las dos ruedas delanteras. Tres años después compruebo mis números de la lotería en los gadgets que los periódicos online habilitan para tal efecto. Ni uno solo. Ni una triste terminación, ni una mísera pedrea, ni un reintegro guarro… nada. «Lo importante es tener salud» oigo al fondo, mientras saco de su blister mi cápsula de amoxicilina. Salud? Dinero? Amor? Definitivamente, me falta de todo.

Perdido

Andaba apático; quizás resacoso de unas vacaciones de invierno con frío, agua, lluvia, nieve, ganas de quedarse en la cama calentito hasta mediodía, sin prisas. Y en esas despiertas un lunes, te reincorporas de buen rollo, pero algo lo complica. Un malestar, décimas de fiebre, paracetamol, ibuprofeno, amoxicilina, más cama y hoy el segundo intento de volver al día a día. Pero ni con esas. Llego a casa y descubro el bote del Nesquik sobre la encimera y destapado. Eso significa algo. Efectivamente: que no hay, que hay que recargarlo y que esta mañana no daba tiempo. Echo mano a la despensa y… no hay. Vuelvo a ponerme el abrigo y bajo a la calle. Giro la esquina y entonces, pum! la navidad. Este año han adornado las calles que rodean el mercado, con seis guirnaldas de calle y otras tantas en farolas. No sé quien paga, ni me importa, pero vuelvo a ver la navidad al salir a la calle, cosa que pasaba en casa de mis padres y que aquí no. Porque las que ya he visto en Madrid o en Barcelona llevan tanto puestas que pasan algo desapercibidas. Pero estas vuelven a estar cerca. Descubro de camino al super que mañana tengo la cena comida de empresa, que el viernes he quedado con mis amigos y no sé si el domingo también tengo planes. Pero estoy perdido. Al llegar a casa, mientras recargo el bote del Nesquik miro en el calendario. Dos semanas. A contar a partir de mañana. Dos semanas y se termina el año. El primer año par que no es un absoluto desastre. Aunque haya días o semanas que lo parezca. Y por «vuelvo a ver la navidad al salir a la calle» no me estoy refiriendo a esto, claro:

Exactly

Podría ser una noche cualquiera, una noche más. Pero no lo será. Por un lado hoy empiezo vacaciones, otra vez. Ni tres meses han pasado desde que me incorporara de las de verano cuando empiezan las de invierno. O las de otoño, porque cuando entre el invierno volveré a estar trabajando. Tampoco son vacaciones de navidad; de pre-navidad, tal vez. La cosa es que hoy empiezan; cuando salga por la puerta esta tarde tendré por delante diez días completos. Tendría que estar contento porque empiezan, pero esta noche, la mañana de mañana eclipsa el resto: las vacaciones, el viaje, el finde rural, todo. Todo queda en un segundo plano ante la noche de hoy. Esta noche es como la de Reyes. Una noche en la que dormiré sabiendo que al levantarme me espera una sorpresa. La esperaba con anterioridad; esperaba que me mandaran un carta advirtiéndome, que el susto, que el paro cardiaco se diera unos días antes y que el día 5 de diciembre apenas sintiera dolor. Pero no será así. Mañana, cuando me despierte, me lanzaré ávido a consultar en la página del banco el nuevo importe de mi hipoteca. La cifra. Ese número que llevo queriendo saber desde hace meses y del que he hecho tantas conjeturas y aproximaciones que puede que hasta acierte. Pero siempre es preferible saberlo exactly. Mañana el desayuno desde luego que no será con diamantes.

Vaticinio

Murete de separación medianero entre dos fincas de la calle Romero Girón. Después de forrar la fachada con una ventilada de paneles metálicos, deciden terminar la obra derribando el murete actual, inclinado, vencido por las tierras de la finca más alta y construir uno nuevo, de hormigón. Del armado no tengo foto, pero es de risa. Unas varillas del 8, igual del 10 (y les hago un favor), pinchadas aquí y allá y atadas a tresbolillo. Del encofrado sí tengo foto: Ayer, de vuelta del desayuno vaticiné que reventaría al hormigonar. Está hecho con planchas de aglomerado de 10 milímetros (tela!) cuajado con tablas en horizontal y acodaladas por aquí y por allá. Hoy veo que están fabricando el hormigón a mano, con hormigonera, así que igual no revienta, porque llevan un ritmo de vertido muy lento, lo que hará que el hormigón ya vertido vaya fraguando poco a poco. Si revienta, cosa que es bastante probable, prometo foto. Buen finde!

Ardiendo

Un descubrimiento de la TDT fue la redifusión del telediario por el 24h, justo cuando termina en directo. Eso me permite verlo aunque vaya siempre tarde. Ayer lo vi, mientras cenaba, antes de empezar mi sesión de plancha, que la hice acompañado del mismo canal, en donde Vicente Vallés se ha montado un programa entretenido para la noche. Ayer, por enésimo día, dieron un reportaje sobre los incendios de California. Esto del fuego es una cosa que no entiendo. Tan difíciles de apagar son esos fuegos? Porque aquí se nos quema Lugo o La Palma y bueno, se quema el monte pero se controla, mejor o peor. Pero allí… allí se les queman ciudades, el fuego rodea casas y el Estado lleva ardiendo meses. De verdad que no lo veo claro. No tienen más efectivos? Que se me quemen a mí las ciudades en el Sim City porque tengo pocos bomberos, pase, pero California? Raro. Luego llegaron los deportes. Yo ayer no estaba especialmente molesto o mosqueado, todo lo contrario, pero fue salir Mijatovic por la pantalla y se me torció el gesto. Hemos estado y seguimos siendo contentos con el entrenador. Pero vamos a ver, Pedja, tú eres tonto o qué? Cuándo has llegado a España? Ayer? Si llevas aquí mil años ya! Aún no sabes conjugar los verbos? Aún no te sabes el gerundio de estar? Que esto no es inglés! Que es más fácil! O igual es que vas de guay y prefieres decirlo así adrede, para quedar un poco, no sé, de guay? Siempre vamos dar la cara. Que te la partan, eso necesitas. Igual así hablas sin que parezca que sales de una película de indios y vaqueros… Me revientas. Vale que se te quede acento, pero esas expresiones imposibles? No te creo. No.

Factura

La planta solar fotovoltaica instalada sobre el tejado de la fábrica de Zaragoza de General Motors Europe (GM) está ya operativa. La planta consiste en 85.000 módulos solares ligeros con una superficie activa fotovoltaica de 183.000 metros cuadrados, lo que la convierte en la mayor planta solar del mundo sobre tejado, y asegura una reducción anual de las emisiones de CO2 de 6.700 toneladas. Con una capacidad de 10 Mega Vatios, la producción anual que saldrá de la planta solar fotovoltaica de Figueruelas (Zaragoza) se estima sea de 15,1 millones de kWh, suficientes para satisfacer la demanda de 4.600 hogares con un consumo medio anual de 3.300 kWh. Mi última factura:

COAATIEM

Este es el nuevo acrónimo/sigla/call it what you want del Colegio. Antes ya era largo, pero ahora lo es aún más porque hemos dado cabida a los IE, que aún no existen, pero existirán en el futuro (existiremos!). Así que desde ahora la nueva denominación del Colegio es (tomad aire): «Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Madrid», tomaya! Hacen falta tres líneas bajo el logo; y a cambiar otra vez toda la papelería y cartelería! Por qué? Porque sí, porque así el Colegio de Madrid es el primero en hacerlo y es el más guay. Oficialmente, dice la nota que «supone un gran éxito para nuestra corporación y sin duda, un ejemplo que servirá de ayuda al resto de colegios».  Siempre me ha gustado ser parte de un todo ejemplarizante…

Viva Honduras!

Después de un mes de octubre algo accidentado con las enfermedades, ayer debuté con derrota en el torneo de pádel de la Copisa. El torneo alcanza su segunda edición y en esta ocasión, como en la anterior, mis compañeros y rivales me pidieron un logo para hacernos unas camisetas y dar una falsa sensación de profesionalidad en las pistas. Yo hice mis deberes: un logo; y además este año, en lugar de tener que imprimir el A3 con los resultados en excel cada vez que alguien juega, les he subido los resultados a una tabla para que los pueda consultar todo el mundo cuando quiera en internet. Y están todos tan contentos, oye, como si hiciera falta ser Bill Gates para semejante simpleza! En fin… Además de esto, encargamos unas camisetas; yo pedí expresamente camiseta, que pesa menos y es mejor. La camiseta se ha terminado convirtiendo en polo. La camiseta debía ser blanca o naranja, que eran las dos versiones del logo que entregué; finalmente es azul marino. Y el remate del tomate: la banderita que me revienta. Fui el único que dijo no a llevar la bandera en la camiseta, pero debo ser el único que entiende que si todos los que jugamos hemos nacido en España y nuestros rivales no son extranjeros, no hay necesidad de distinguirnos de nadie, ni de identificarnos ante nadie, ni de abusar de un símbolo; pero debo ser raro, ya digo. Finalmente no fue una bandera puntual, sino una lineal sobre el borde del cuello y los puños de la manga, así a lo fumarel… tendremos también que escuchar el himno antes de cada partido?

Fresh Banking

Es la filosofía de mi banco. Pero algún empleado, vestido con chinos beige y camisa blanca como el resto, hace tanto tanto tanto fresh que se relaja y en vez de poner tu declaración de la renta en la bandeja «Cosas para llevar a Hacienda» la pone en «Cosas para reciclar». Y en Hacienda creen que no has declarado. Y la pasta, evidentemente,… Una funcionaria muy amable me ha hecho copia, la ha grabado y me ha dicho que me tardará un mes en llegar el dineral que llevo cinco meses esperando. Así que el que va a hacer fresh en diciembre voy a ser yo. (Me preocupo por esto y porque ya han tirado de dinero público en Holanda o lalala lalala…. No sé)

Oscuridad

Acabo de tomarme el último café al sol, en las escaleras, como siempre. Acabo de disfrutar del último día, del último rato antes de entrar en la oscuridad. La oscuridad significa que esta tarde, a las seis y media, cuando se abra la puerta de la oficina estará anocheciendo, si no es de noche ya, y seguirá así hasta que salga del metro mañana por la mañana para volver a meterme aquí. Además, mañana… nos han advertido de que mañana va a ser grande, muy grande la sensación de frío. Y va a llover. Incluso nevará, aunque no aquí (en Madrid nunca nieva). Pasaremos de ir con una camisita y un jersey porsi, a bufandas, gorros, guantes, abrigos, capas y más capas que nos protejan de la lluvia, del frío, de la oscuridad… Y mientras eso llega, en la tienda de la esquina se apresuran a colgar grandes lazos con lucecitas blancas con dos meses de antelación… 18h40. Camino del gimnasio. Los adornos encendidos un 27 de octubre… con dos huevazos!

Voluntad de Dios

En España no beber alcohol, por prescripción, por conciencia o por elección, sale más caro que beber, a la vista está. Suelen enseñarnos por la tele a los fanáticos. Siempre están lejos, en países lejanos y tienen unas costumbres muy diferentes a las nuestras, anacrónicas. Pero no siempre están tan lejos. A veces viven enfrente de nosotros. Hay cero de caricatura, pero cuando no conoces nada de esa realidad, es tan difícil de asimilar que no te la crees. Quien conozca mínimamente la forma de pensar y de enfrentarse al mundo de cualquier persona perteneciente al Opus o a cualquier otra sección o pensamiento religioso, político o futbolístico tan radical, se dará cuenta de que la película es suave, porque, si se mostrara tal cual es, en muchos de los casos hubiera sido demasiado increíble. Javier Fesser

Doña Rogelia

Hay días que me siento como doña Rogelia. El miércoles, mientras hacía ostentación de mi Pantera Rosa ante mis compañeros de Obra Civil, se me ocurrió decir que era la hora de la merienda y que solo faltaba Rita Irasema. Laura, una compañera cordobesa de 23 años me miró con cara extrañada: no sabía quién era Rita Irasema! Le expliqué que era la hija de Miliki y la hermanísima de Emilio Aragón, que vestía chalecos estrafalarios y llevaba siempre una diadema en la cabeza superapretada y para más remate una coleta con coletero. Y siempre estaba de buen rollo, cosa que a mi me reventaba bastante. Pero ni con esas. Ayer, esta misma compañera, que siempre que viene a tocarme las narices me tira el Speedy González que me tocó en el roscón de Reyes de la Copisa, y que tengo puesto con un celo en el canto de la pantalla del ordenador, me preguntó que quién era este muñeco. Tuve que tirar de youtube para explicarle quién era y qué hacía. «Eso veías tú de chico?» me dice con deje cordobés. «Qué lástima…» Esta mañana alguien dice al teléfono «te mando mis datos de contacto» y a mí se me ocurre decir «Contacto con tacto». Y se hace un silencio, de esos que se hacen cuando la gente no tiene qué decir. Nadie conocía el programa de Bertín en el que éste, un poco achispado, intentaba subir de tono a los que iban buscando pareja. Cómo puede alguien haber crecido sin conocer a Rita Irasema? Tan mayor soy?

Stayin’ alive

No hay mal que por bien no venga. Ni baja. Hoy termina la segunda que gasto en mi vida laboral, la misma que me ha tenido en casa desde el martes pasado. Y como la parte mala, esa en la que estaba febril y hecho unos zorros, de la garganta, de la tos, de los mocos y de todo, la pasé estando de alta, puedo considerar estos días como muy productivos. Básicamente esta tarde voy a por el alta porque estoy mejor, pero también porque se me han acabado los entretenimientos en casa. Ya he ordenado todas mis facturas y mis historias, que estaban pendientes desde hace mil años, he lavado, planchado y ordenado mucha ropa, he dejado la mesa de dibujo casi vacía de miles de montoncitos de papeles y cosas que la plagaban, he ordenado, valga la redun, el ordenador; he vaciado cajas, carpetas, he presentado mis presupuestos para 2009 (a falta de la inminente llegada de la carta con la revisión de la hipoteca), he jugado al Sim City 4, me he tomado mis medicinas, he hecho cinco comidas al día, para que luego me digan y he visto alguna peli y algunos episodios pendientes de algunas series, aunque, principalmente, la baja la he pasado con Dexter. Figuradamente, claro. Y además, he tenido que aguantar a un «profesional», de esos que no saben si les apetece o no hacer una ñapa, que lleva tres días (jueves, viernes y lunes), tres, para cambiar la cerradura de la puerta del armario de los contadores de la luz, con la parte proporcional de molestias, ruidos, llamadas al telefonillo, llamadas al timbre, enchufamientos de sus máquinas en mi red eléctrica y los «puedo dejar la herramienta aquí para mañana?», incluida.