Viva Honduras!

Después de un mes de octubre algo accidentado con las enfermedades, ayer debuté con derrota en el torneo de pádel de la Copisa. El torneo alcanza su segunda edición y en esta ocasión, como en la anterior, mis compañeros y rivales me pidieron un logo para hacernos unas camisetas y dar una falsa sensación de profesionalidad en las pistas. Yo hice mis deberes: un logo; y además este año, en lugar de tener que imprimir el A3 con los resultados en excel cada vez que alguien juega, les he subido los resultados a una tabla para que los pueda consultar todo el mundo cuando quiera en internet. Y están todos tan contentos, oye, como si hiciera falta ser Bill Gates para semejante simpleza! En fin… Además de esto, encargamos unas camisetas; yo pedí expresamente camiseta, que pesa menos y es mejor. La camiseta se ha terminado convirtiendo en polo. La camiseta debía ser blanca o naranja, que eran las dos versiones del logo que entregué; finalmente es azul marino. Y el remate del tomate: la banderita que me revienta. Fui el único que dijo no a llevar la bandera en la camiseta, pero debo ser el único que entiende que si todos los que jugamos hemos nacido en España y nuestros rivales no son extranjeros, no hay necesidad de distinguirnos de nadie, ni de identificarnos ante nadie, ni de abusar de un símbolo; pero debo ser raro, ya digo. Finalmente no fue una bandera puntual, sino una lineal sobre el borde del cuello y los puños de la manga, así a lo fumarel… tendremos también que escuchar el himno antes de cada partido?

Newtons

El martes jugué un partido amistoso de pádel previo al campeonato de la Copisa, que empieza el día 6. Normalmente corro bastante de lado a lado de la pista porque mi compañero me dobla en peso y el que cubre por detrás soy yo, pero a veces no controlo la frenada y tengo que pararme contra el muro haciendo una flexión de rodilla y poniendo las piernas como un 4, de forma que el impacto final es el de la planta de mi pie contra el muro. En ocasiones no da tiempo a colocar la pierna o no queda sitio o no se puede y en esos casos, como el martes, impacto contra el muro. Bam! Teniendo en cuenta que, como dice la canción, un alto porcentaje de mi cuerpo son «huesos, unidos por muy poca piel» y que el muro de hormigón armado tiene una resistencia al impacto muy superior a mi peso, me llevé un golpe de 686,46 newtons como reacción del muro al impacto de mi peso, concentrados en la cadera. No tengo moretón, pero me duele, sobre todo cuando me tumbo de lado o boca abajo en la cama para dormir (mi postura perfecta) y todo mi peso (sic) recae sobre ese hueso. Y me duele!! Anoche me chiné un poco pensando en que igual tantos newtons sobre mis delicados huesitos habían provocado una microfisura en mi cadera, porque se me hace raro que no tenga moretón y me duela. Por suerte, el niño del vecino se puso a corretear por el piso a las doce y media de la noche y mi imaginación pasó de creerse un caso de House a otras cosas… pero hoy me sigue doliendo. Y esta noche salgo. Y me toca estar un buen rato de pie… Jo!

Prepuente

Mayo es como diciembre, pero sin cenas de empresa y sin paga extra. Se trabajan (al menos en la construcción) los mismos días que se libran, así que guay. Esta semana es de nuevo semana prepuente porque, aunque para la construcción este tampoco es un puente como tal (porque el viernes es fiesta de convenio) el hecho de que la fiesta del 15 sea local y la del viernes inexistente, sí genera sensación de puente. El jueves es el típico día en el que todo el mundo que trabaja pero no reside en Madrid aprovecha para ir al banco, a Hacienda, a comprar a saco a los centros comerciales de la periferia que sí abren y otras muchas cosas. Eso sí, siempre en coche. Esto propicia atascos como los de la operción salida, pero sin salir siquiera de tu localidad de residencia. Yo hace años que no saco el coche en la mañana de San Isidro porque es simplemente imposible. En fin, que aún quedan tres días de curro para que todo eso pase. Mis becarias y un compañero del departamento se van esta noche a Roma, así que estos dos días van a ser tranquilos por aquí. Aprovecharé para sacar trabajo, que otra cosa no, pero desde que tenemos bicefalia, abunda cosa mala. Encima de la mesa (y por el suelo) tengo cinco proyectos de diversa entidad. Tres económicas y tres técnicas (que me molan más y son más agradecidas, como dice mi madre). «Centro Social en Chiloeches» (técnica, que hay que currarse fetén para que sirva de puerta a otras que van a salir; por cierto este edificio va en una glorieta, never seen); «Adaptación de plantas 2ª y 3ª de Cardiopulmonar y Oncohematología en el Hospital del Bierzo», Ponfe (técnica también, que da un poquito de mal rollo porque hay que imaginarse las salas de espera con toda esa gente que espera para que le den quimio), «Reforma de un edificio del Ministerio de Economía en la calle Silva» de Madrid (económica, aunque la técnica se las trae: los camiones entrando por el McDonalds de Gran Vía sin semáforo y saliendo por el Nike Store; va a ser mítica esa obra); «Oficina para la Seguridad Social en Alcobendas» (económica) y, tachán, «130 VPP en Aranjuez» (económica y técnica) de 12 kilitos. No me gusta estudiar viviendas, pero alguna vez tenía que caer una de las pocas promociones públicas que aún salen a concurso. Todo esto en prácticamente 5 semanas y rezando para que no me enchufen más entre medias. Y para colmo una compañera de aquí me ha hecho una proposición indencente profesional para que le redacte un Proyecto de Segregación de la casa del pueblo… en Santander. Aún no sé si se lo haré, si me tocará subir este puente o qué, pero la propuesta está encima de la mesa… y son pelillas extra. A ver qué pasa. Mientras tanto seguiremos escuchando a los pesados del Atleti hablar y no parar. Parece que se hubieran clasificado para seminifinales de la próxima Champions y básicamente lo que están es preclasificados. Pero bueno, para una vez que llegan a algún sitio que no es segunda… Podría contar, ya que me he extendido más de lo habitual, la obra de teatro que 17 endividuos de la Copisa fuimos a ver el viernes, «Qué pelo más guay», pero voy a pasar para no alargarme más. O que ayer cuando cesó el diluvio universal descubrí que mis tulipanes que prometían salir ya no lo harán, que tengo la hiedra llena de miseria, que tengo que fumigar las plantas, que me han germinado 3 semillas por sorpresa que planté hace cosa de un mes y de las que no tenía esperanza, que el patio necesita un barrido de nivel intenso o que tengo unas margaritas naranjas que combinan a la perfección con el gris plomizo de este mayo raro. Pero me voy a quedar aquí y si algún tema interesa al público, lo ampliaré en próximas entradas.

Llagas

La que no acostumbra a llevar bragas las costuras le hacen llagas . Esto lo dice mi abuela (y supongo que muchas más) y es verídico absolutely. Viene a colación de que hoy ha ocurrido algo que intentaba evitar: coincidir. Pero no pudo ser y tocó jugar un partido del Torneo Copisa (por cierto, the best padel match ever played) donde hubo que llegar al tercer set y por la tarde otra vez con el tercer grupo. Y claro, las cosas en exceso ya se sabe que no son buenas. Y ahora estoy molido y con un callito en la planta de un pie derecho. Cojo. Cojonudo. Y eso que llevé las zapatillas más antiguas que por otro lado son las más cómodas. Pero ni con esas, asínque me voy a dormir, que por hoy fue suficiente.

Jugando con el Chino

Esta tarde he empezado a jugar al pádel con un tercer grupo. No es que vaya a dejar el Torneo Copisa de pádel (donde ahí estamos, luchando por una plaza para las semis) ni a mis colegas los domingos (salir de casa los domingos por la mañana sienta muy bien; y las cañas de después también). La cosa es que me llamó el cuñado del cuñao para ver si me apuntaba con ellos a jugar porque su pareja le falla mucho. Y yo, que me tengo por facilón, he vuelto a decir que sí, así que juego con él y con dos de sus vecinos, el president y otro, que no veas cómo le dan. Lo de hoy empezaba a parecerse más a los vídeos que había visto en el youtube; la pelota apenas botaba en el suelo, de pala a pala, pum, pam, pum, pam, pum, pam, hasta que alguien marcaba, alguien fallaba (quién?) o llegaba patxi y la mandaba fuera de la pista. En una de éstas salí a buscar un par de ellas y rebuscando entre los setos del jardín pienso de repenete: «mira que si me encuentro una mano…» Y me ha dado yuyu, porque yo no iba por allí desde antes de todo el jaleo. Así que he llegado a la conclusión, mientras volvía con las pelotas, de que si esta gente ha vuelto a vivir allí y no pasa nada raro, entonces soy yo el que las daba mal y no el Chino. O su fantasma.

La Champions

Comenzó como una pachanguita, yo la empecé a llamar aquí la Copa Copisa de Pádel y ha terminado convirtiéndose en el Torneo Internacional Copisa 2007 de Pádel. Se ha hecho un sorteo (sin cabezas de serie) con algún que otro enfurruño y un calendario que nos tendrá jugando al menos hasta el 15 de diciembre. Después vendrán los play-off, como en la ACB. Y la gran final. Mi compañero no es nuevo, ya jugamos juntos en la jornada 2, aunque fuera un desastre. Ahora la motivación es otra, el calor tiende a ser menos sofocante y yo estoy adquiriendo un fondo olímpico que me hace albergar esperanzas. En fin, ya veremos cómo se da.

Jornada 5

En los toros no hay quinto malo. En el pádel sí. La nueva jornada de la copa Copisa de pádel ha terminado de machacarme. He perdido todos los juegos y se los he hecho perder a mi compañero champions que me eligió de pareja. Hacía mucho calor, yo venía ya cansado y he terminado más cansado aún. Y ahora estoy reventado. Creo que me voy a ir a dormir ya o me voy a morir… Soy el peor jugador de pádel de la Historia. Espero que mi compañero tenga fe en mí y no me haga de lado como a Cassano.

Jornada 3

La de hoy era la jornada que deshacía el empate. Teniendo en cuenta que el primer día fue bueno y el segundo un desastre, la nueva jornada de la copa Copisa de pádel debía decantar la balanza a favor o en contra. Y fue a favor. Con un buen resto y un compañero champions fuimos capaces de vencer 3-0. Incluso yo fui capaz de anotarme varios puntos sin necesidad de compañero. Esto ya luce.

Jornada 2

Un calor… Sólo a un grupo de Ingenieros de Caminos y Obras Públicas, unos lumbreras, se le ocurriría reservar pista de 4 a 5 de la tarde. Madrecita… qué calor. Esta es la excusa que arguyo para justificar mi pésima actuación (se veía venir) en la copa Copisa de pádel. Eso sí, he sentado las bases del resto Mingus. No sé muy bien cómo lo hago, he de perfeccionarlo. Pero las pelotas se quedan a dos centímetros de la red. Sólo que por mi lado. Tengo que revisar el tiro parabólico para conseguir que la bola avance cuatro centímetros más. Y se van a hinchar a correr.

Jornada 1

Hoy ha comenzado la copa Copisa de pádel. Para hacer más equilibradas las parejas nos mezclamos los que no tenemos npi con los que sí. En el reparto me toca de pareja con el jefe, que además pilota un huevo. En los primeros pelotazos me sale el torpe, el patoso. Pero después, según avanza el partido, según me voy viendo evolucionar, me vengo arriba y termino (terminamos) ganando 3 de 4 sets. Nunca me imaginé diciendo esto, pero me gusta. Es divertido y engancha. Para la semana que viene me tengo que traer una gorrita para protegerme el tejado y una latita de Acuarius de casa (1 euro y medio por un Acuarius!!!).

He dicho sí

Nunca he sido muy bueno practicando deportes. Ni en vivo ni en la play o semejantes. En el colegio jugué al baloncesto, casi obligado porque era alto, pero siempre quedábamos los últimos. En el «Trofeo El Salvador», el del cole, siempre quedábamos terceros. De tres. La culpa no era exclusivamente mía, pero el hecho de participar y no ser bueno, de no saber, me hacía autoexcluirme por sistema. Y así seguimos. En los individuales tampoco es que haya despuntado, pero el post va por los de equipo. En todo el Bachillerato creo que jugué una vez al baloncesto. En la carrera, nada de nada. Iba de mirón, y hasta me vino bien. En Dragados se organizó una liguilla de fútbol y me autoexcluí. Además si no practicas no aprendes nunca. Y ahora es tarde para decir «que hace mucho que no juego». En Ortiz, por Navidad, partidito. «No, es que ese día no puedo». Hoy he dicho sí a una liguilla de (atención:) pádel con los compañeros de la nueva empresa. A mí jugar al pádel me pega tanto como hacer macramé pero lo he hecho por integrarme, que siempre soy un rarito. A todo esto no tengo ni idea de jugar y casualmente sí raqueta (se dice esto asín?) porque un amigo me la regaló por mi cumpleaños para que fuera a jugar con él (siempre me excusaba con que no tenía material). Seguramente al final no se haga o se haga en otoño o vete tú a saber pero, advirtiendo de la situación, he dicho sí.