Convenio

Los Reyes nos han dejado encima de la mesa el calendario laboral para el nuevo año. A lo que ya sabíamos viendo un calendario normal, hay que añadir las fiestas de convenio y de ajuste de horas (esos días de fiesta de convenio que tanto joden a mis amigos, que luego dicen que en la construcción no se curra nada y que estamos siempre de fiesta). Si no fuera poco con las fiestas oficiales, con las de convenio nos montamos unos puentes muy guapos… Con todo lo mejor no es eso. Lo mejor es que desde hoy salimos 45 minutos antes a costa de quitarnos media hora de comida. Guay, no? Salir a las 18h30 es algo que no practicaba desde los primeros años en obra. Sólo que yo seguiré con el horario antiguo de salir a las 7 porque con dos horas puedo nadar y comer, pero con hora y media no. Aunque también puedo salir a las 18h30 e ir a la piscina después… tengo que hacer pruebas a ver qué beneficio le saco al cambio.

Copisa Rainy Day

Empezó lloviendo y terminó lloviendo. Ayer por la mañana me comí el atasco de la M30 como hacía muchos años. Casi hora y media. Y eso que aun no llovía a mares. Cuando se abrió el ascensor en la planta baja del hotel aparecí en medio de mis compañeros que ya esperaban a que empezaran las Jornadas. Justo en ese momento nos piden que vayamos pasando, así que no se notó que llegara tarde porque la cosa iba ya con retraso. La sala donde nos metieron tenía el techo de espejos, así que no me aburrí nada cuando la cosa se ponía tostón. Pese a todo me sobé, para ser fiel a las tradiciones, dando dos cabezadas. Pero era agotamiento más que sueño porque eran como las dos de la tarde ya. A las tres comimos y para casita. Por la noche fuimos otra vez al hotel a cenar. Primero un vinito con unas cosas muy raras que servían y que no probé y luego la cena. Yo dejé la cazadora en una silla con Rubén y cuando nos sentamos descubrimos que nos había tocado en la mesa de las tías nuevas. La cena fue de menos a más, yo pensé que me quedaría con hambre pero al final bien. Había un camarero que se parecía a Tico Medina y le echamos una foto, por supuesto sin que él lo supiera. Luego hicieron una rifa de regalos de los que no me tocó nada. Brindis y a la barra libre. La dj era una chica de ventipocos años; le pedimos a Maria Isabel y nos la puso y además cuando le dijimos. Hubo baile, la gente bailó mucho, casi todos, me sorprendió. Pero como no habíamos contado el rato de la rifa, el autobús nos esperaba a las 3 cuando quedaban aún 20 minutos de baile. Qué hicimos? Pues irnos porque si no nos sacaba 50 pavos más. Nos sacamos las copas en la chaqueta como toda la vida de Dios y nos montamos en el otobús para volver a los madriles. Lo de Madrid me sorprende. Era entrar a los sitios y las barras se iban cerrando a nuestro paso. Te podías quedar, pero no servían. Esto está bien cuando lo sabes pero cuando no está fatal. Yo sin una copa en un bar no soy nadie. Con ella tampoco, pero tengo las manos ocupadas. Pues en dos sitios me/nos hicieron eso. Así que nos hicimos muchas fotos para entretenernos. Incluso jugamos al lío. El colmo de la desesperación fue cuando nos cerraron la chocolatería de San Ginés. Hasta del sitio de desayunar nos echaron ayer. Nos fuimos para la oficina en el metro y de camino tuve como una visión de que tenía que volver a casa, que era absurdo ir. Pese a todo fui, me tome un café y me volví para casa. Al salir del metro esta mañana cayeron cuatro gotas otra vez.

Copisa Day

Mañana nos han preparado un día completito. Por la mañana tenemos Jornadas Técnicas. Desde las 9h30 hasta casi las 3 de la tarde. Nos mandaron un correo con el horario de las Jornadas que parecía el tracklist de una gala de Operación Triunfo: cada uno de los ponentes tiene 20 minutos para contarnos su rollo y enseñarnos su powerpoint. Hasta las 12 no hacemos el descanso y además me han chivateado que el sitio no es cómodo. Mal. Yo suelo caer roque en este tipo de actos: jornadas, cursos, charlas, etc. Me sobo, no lo puedo remediar. Siempre tengo que avisar a mi compañero de turno para que esté atento y me de un codazo si ve que pierdo la verticalidad… Nos contarán lo de siempre, que si el beneficio ha sido tal, que si tenemos una cartera de pascual, que si la calidad, que si los accidentes, bla bla bla. Luego nos darán de comer y para casa. Por la noche es el cenorro de navipeich. Nos llevan al mismo hotel de por la mañana para la cena. Mis compañeros (que a veces me asustan) han alquilado un minibus para volver a Madrid a las 3 cuando se acabe la barra libre (rollo boda absolutamente). Y cuando el otobús nos deje por el centro seguiremos por donde sea. Hablan de Huertas, de La Latina, a mi realmente me da igual donde me lleven porque yo a esa hora ya me bebo hasta el agua de la Cibeles; me apetece mogollón, gente, barullo. No sé. Igual luego estamos en casa a las 5 pero mi intención (ya he convencido a dos) es empalmar por eso de optimizar tiempos y no perder horas en ir y venir de casa. Yo si no duermo estoy fresquito (sic), pero como me tumbe diez minutos mal. Así que la próxima vez que me siente en esta mesa será viernes, llevaré cienes de horas despierto y estaré resacoso y ojeroso, sin duchar y con la misma ropa de la cena. O no.

12 días

Me quedaban 4,66 días de vacaciones de 2007 sin disfrutar y, haciendo encaje de bolillos con puentes y findes, he conseguido que duren 12. Hoy se terminan, así que este año ya he gastado todas las vacaciones (cosa que nunca solía ocurrir). En estas vacaciones he conseguido superar uno de esos retos que vas dejando por pereza, aunque en realidad es miedo a que una cosa simple se te pueda complicar. Pero no; en contra de lo que pensaba, lavar las cortinas de la casa no supone un trauma; ni siquiera plancharlas. Así que me vine arriba y lavé también la funda del sofá, la ropa de la semana y me di una sesión de plancha de casi cuatro horas. Y además ya es navipeich. Porque ya es imposible escapar de ella ya en tele, radio, internet and anywhere, y porque en el puente, aprovechando que tenía que bajar el ventilador al trastero (el ventilador al trastero el 8 de diciembre!) me subí el árbol. Empecé poniendo ilusión por mi parte, pero a la media hora ya estaba un poco aburrido de arbolito; además de no recordar que fuera tan grande (no es alto, pero sí ancho). Y ahí está, un mes rellenando un rincón del salón. El año pasado lo integré tan bien que luego me parecía que el salón estaba medio vacío. Le he puesto un temporizador para que se encienda y se apague solo porque como dependa de mí, mal. Así que a las 8 llega la navidad y a las 12 se va a dormir. La ley del mínimo esfuerzo. Y mañana a currar; un par de días de curro, un par de días de fiesta. Así funciona diciembre, no? He leído que mañana empieza una huelga de limpieza en el Metro, así que guay. Antes íbamos hacinados pero ahora iremos hacinados y sucios, porque aunque hay huelga la gente no se privará de tirar nada; es más, seguro que como hay huelga y está todo sucio, ya si eso lo tiro al suelo, total, ya qué mas da… yo, porsi, repito que los periódicos por el suelo resbalan. Y como apenas dan ninguno… En fin, que Dios nos coja confesados porque empiezan las tres semanas más raras del año; pero raras, raras, raras. Este año yo voy a intentar no ser más rarito aún que la propia navidad, aunque no prometo nada. A ver cómo se da. Queridos lectores, queda inaugurada la navipeich. Y viva el vino! (Sólo yo me he acordado de Tim Burton al ver este anuncio?)

Maldonado

Salgo cinco minutos antes de currar porque hoy hay que pagar la piscina. Llego y me dice la cajera que la banda magnética no lee y que si no tengo en metálico nanai. Me doy la vuelta ya mosqueado y salgo a la calle. Tengo dos opciones: a) bajar al Santander de República Dominicana, sacar la pasta, subir, pagar en metálico y meterme al agua a las 3 menos algo, con lo que ya voy mal de tiempo, con prisas, lunes y mal, o b) pasar de nadar e irme a comer (lo que me obliga a ir a la piscina el viernes, cosa que no tenía en mente). Elijo b. Como ya estoy desorientado me voy al Vips de Príncipe de Vergara. De camino, mientras cruzo el semáforo el conductor del primer coche me hace una señal con la mano. Me quito el auricular y me pregunta por la plaza de Cataluña. Lleva un opel Astra del año catapún. Miro y es el del tiempo, el Maldonado. Le indico cómo llegar (gira a la derecha, baja hasta pasar Serrano, no digas tanto septentrional y meridional que nunca sabemos a qué te refieres, y la siguiente plaza es la plaza de Cataluña). Gracias y demás, sigue su camino y yo me meto al Vips. Pido fumadores (no sé por qué), pido de comer y rebusco en el iPod algo que escuchar en lugar del incesante caer de tenedores (el Vips más ruidoso, sin duda). Me traen el pan cuando estoy terminando el primero, me traen la hamburguesa del segundo y también trae huevo (ya van dos hoy, más la tortilla del desayuno). Y para remate, el helado trae hielo. Comer sin querer comer, en el Vips del silencio, sólo, sin periódico y con David Demaría llora que te llora canción tras canción (lo eché al iPod para sobarme cuando pillara sitio en el metro pero lo estrené hoy comiendo). Llego a la oficina y la máquina de café no funciona. En cuanto los huevos, la hamburguesa y el helado empiecen a centrifugar estaré sobado sobre la mesa. Respiro hondo. En 48 horas estaré de vacaciones. Hay que ser fuerte…

Jugando con el Chino

Esta tarde he empezado a jugar al pádel con un tercer grupo. No es que vaya a dejar el Torneo Copisa de pádel (donde ahí estamos, luchando por una plaza para las semis) ni a mis colegas los domingos (salir de casa los domingos por la mañana sienta muy bien; y las cañas de después también). La cosa es que me llamó el cuñado del cuñao para ver si me apuntaba con ellos a jugar porque su pareja le falla mucho. Y yo, que me tengo por facilón, he vuelto a decir que sí, así que juego con él y con dos de sus vecinos, el president y otro, que no veas cómo le dan. Lo de hoy empezaba a parecerse más a los vídeos que había visto en el youtube; la pelota apenas botaba en el suelo, de pala a pala, pum, pam, pum, pam, pum, pam, hasta que alguien marcaba, alguien fallaba (quién?) o llegaba patxi y la mandaba fuera de la pista. En una de éstas salí a buscar un par de ellas y rebuscando entre los setos del jardín pienso de repenete: «mira que si me encuentro una mano…» Y me ha dado yuyu, porque yo no iba por allí desde antes de todo el jaleo. Así que he llegado a la conclusión, mientras volvía con las pelotas, de que si esta gente ha vuelto a vivir allí y no pasa nada raro, entonces soy yo el que las daba mal y no el Chino. O su fantasma.

Imprevistos

Un día te levantas para ir a currar pensando en que a la salida irás a la piscina, pasarás por casa de tus padres a verles, volverás a la tuya, pondrás un par de lavadoras y recogerás la casa para tener el finde a tu entera disposición y de repente, sin darte cuenta, son las 3 de la mañana, estás en la puerta de tu casa intentando acertar qué llave abre, borracho perdido, sin las lavadoras puestas, sin la casa recogida, sin ir a la piscina y sin pasar por ningún sitio que no dispense alcohol. Se nota que se acaba el año porque al más mínimo intento de ser una persona adulta y responsable te sale una fiesta no planeada que te pone del revés, te trastoca toda tu organización y, lo peor, hace que tus compañeros de curro que te tenían por un tío sensato hayan descubierto ya cómo te las gastas. El viernes que viene tenemos otra.

Nevando

A mediodía, hace un rato, salí a fumarme un cigarro y a echarle un vistacillo al Expansión, como hago todas las mañanas. Salir a la calle a fumar ya no es lo que era. Un par de cuchillas te cortan los mofletes nada más abrir la puerta. Es la forma que tiene el frío de decirte que ya está aquí. Abro el periódico y empiezo a oir un ruido raro, como si cayeran cosas; miro para arriba y descubro las arizónicas del jardín del primero, encima del portal. «Será eso» pienso. Pero dos minutos más tarde miro y compruebo que lo que cae, cae del cielo y no son ramas. Es nieve. Abro la puerta para compartir este repentino cambio climático con alguien para no pasar por loco el resto del día. Efectivamente caen diminutos copos de nieve a medio camino entre el copo y el granizo. Apenas duró cuatro o cinco minutos, pero ha nevado. Y dos testigos más lo vieron conmigo. Saqué el móvil con la idea de retratar el fenómeno, pero no se apreciaba. Habrá que creerme…

Off

Una avería en un cablecito de Orange que viene desde Barcelona a Madrid nos ha tenido casi tres días sin teléfono fijo, fax, correo electrónico, acceso a internet y red interna. Ha sido como volver al pasado, cuando no existían estas moderneces y las cosas se hacían más a mano. Reconozco que el teléfono y el fax son utiles y necesarios (aunque solo sea por evitar el tapón en la memoria que se ha creado a la media hora de restablecer el servicio); pero reconozco también que un día así de aislados ayuda a que cunda el trabajo sin distracciones. Queremos un día off a la semana ya!

Aburrido

Esta mañana he presentado mi última obra. Un compañero se puso malo anoche y al llegar esta mañana me tocó terminar mi parte y la suya; la mía estaba casi pero la suya no y hubo nervios. Así que cuando el mensajero se fue a mediodía con el paquete decidí que la jornada laboral terminaba ahí. La real, porque la oficial sigue hasta las siete y cuarto. Me he ido a desayunar-comer a la una menos algo, he recogido la mesa a la vuelta, he ordenado papeles, me he ido a jugar al pádel a mediodía, pero la tarde se me está haciendo larguísima. Me he leído todos los blogs que conozco e incluso alguno que me he encontrado por el camino, he revisado los periódicos, incluso los deportivos. Hasta la Infanta ha decidido separarse esta tarde para que lo pueda leer tranquilamente, pero aún así, me aburro. No me puedo ir porque no sería políticamente correcto. Y tampoco puedo sacar la revista que leo en el metro porque no es plan. Así que aquí estoy haciendo tiempo para que den las siete y salir pitando… Con la de plancha que tengo en casa esperándome y aquí wasting, endevé. (Si llego a saber que el día iba a ser asín me había traído un par de capítulos de Héroes en el pendrive para verlos aquí…). Actualización de las 7 de la tarde. Mi jefe ha solucionado mi aburrimiento enchufándome dos obras nuevas. La económica que ya sabía (para el día 4) y una nueva que tengo que hacer completa (económica y técnica) para el día 29, usease, en dos semanas. Y encima me dice que me la da a mi porque son 16 millones (de yuros) y sabe que yo la voy a bordar… No supe si darle las gracias o darle una galleta por peloteo barato e innecesario… ahora sí, me voy a mi casa.

De feria

Esta mañana nos hemos escapado en un rato a ver «Los túneles, factor de transformación», una suerte de miniferia sobre los túneles que hasta hoy está abierto en el Palacio de Congresos del Campo de las Naciones. Copisa tenía un stand al lado del de Dragados… cosas del destino. En la feria no hemos visto gran cosa. Empezando porque no era muy grande y no es de nuestra especialidad (al menos de la mía) sino más de camineros flipados como los que por allí revoloteaban. El stand estrella era el de Calle 30 con sus maquetas a escala de las tuneladoras que ejecutaron los by-pass de la M30. Y el premio «Con dos cojones» es para el stand de OHL que con la que le está cayendo en Barcelona se atreve a participar para dar fe de su buen hacer en la obra civil en general y en túneles en particular. En resumen: una hora fuera del curro, un mechero, dos deuvedeses de la ampliación del metro, ocho bolígrafos y un llavero de Dragados (con un guiño de morriña).

De puente

Día de difuntos metido en el coche. >Motivos meramente profesionales me hacen bajar a Toledo, ciudad imperial, a visar un nuevo proyecto en el Colegio de Toledo porque la obra en cuestión está en esta provincia. Para eso he tenido que acreditarme en su Colegio con un número de Colegiado nacional que tendrá vigencia allí durante un mes. Un rollo, para variar. A-42 abajo camino de Toledo. A reventar de coches y de turistas, estos últimos se diferencian de ti en que llevan cámara de fotos. Como había pagado una hora de ORA para luego despachar el asunto en apenas 20 minutos he decidido darme una vuelta. En Toledo huele a navidad y no como en Madrid. Huele a mazapán. Y yo en Toledo y recién cobrado no tengo fuerza de voluntad ante el obrador de Santo Tomé. Así que me he dado un homenaje entrando y trayéndome una cajita de mazapán… Por el camino he visto esto: Un tío por el exterior de la barandilla, a 4 metros del suelo, sujeto sólo por su mano izquierda mientras que con la derecha limpia… viva la Ley de Prevención de Riesgos Laborales !!! Sagra arriba de vuelta a Madrid, parada en casa de mamá a comer y vuelta a los madriles con ella a comprarme unas ropitas (más que ropitas, la materia prima. Y en dos semanas cuatro camisas a 6 euros cada una. Y a medida…). No se ha ido tanta gente como otras veces. Yo creo que no se ha ido casi nadie porque las carreteras están igual de llenas y sitios para aparcar no he visto muchos.

Faltas

El siguiente texto es tan real como la vida misma. Lo he sacado del presupuesto de ejecución de una de las obras que tengo entre manos («Escuela Infantil en el camino de Ganapanes, distrito de Fuencarral-El Pardo»). Encuentra las cinco (5) garrafales faltas de ortografía. Pista: para cuando encuentres las tres primeras ya te dolerán los ojos, y bastante… Quien las encuentre todas tiene premio.

Cosas que hacer el día de santa Teresa

– sacar el coche del garaje (cuántas mañanas sin hacer eso!). – darme de alta en el impuesto de actividades económicas. Coste del impreso 037: 1 euro (ya está bien, por tres hojitas con calca). – ir al curro en coche. – darme de alta en la Previsión Mutua de los Aparejadores y Arquitectos Técnicos aka PREMAAT. Tres cuotas por adelantado: 193 euros. – pagar un seguro de resposabilidad civil. Ahora sí puedo ir a la cárcel. – visar mi primer Documento Técnico de instalación, uso y montaje de andamio de fachada tubular europeo. – ir a ver el montaje del andamio tubular europeo de marras. – ir a dejar el coche al garaje y comer en casa (sólo me dió tiempo a una ensaladita rápida. Si ser pluriempleado significa comer poco creo que voy a pasar). – no ir a la piscina (mal también). – coger el tren a las 3 de la tarde. En lo que frenaba para terminar de pararse, reflejado en los cristales, me di cuenta de que: · Uso para trabajar la ropa que antes me ponía los fines de semana. · Tengo 31 años para 32 y se nota. Más cuando estás rodeado en el andén de diecisietes, veintes y veintitreses. A su lado soy mayor. Se me sienta una chavala al lado en el tren y lo primero que hace es poner los pies en el asiento de enfrente y sacar el libro «Aprender a conducir». Debería leerse también el de aprender a comportarse en un vagón de tren. El indicador del vagón decía «Próxima estación Las Retamas H15:22 T24º». – sobarme. Eché al iPod un disco buenísimo de Cake que me acunó hasta que no pude más y caí, allá por Villaverde u Orcasitas… Llego a Atocha. «Próxima estación Las Retamas. H15:31 T23º». – descubrir que el tercer centro de El Corte Inglés que se va a abrir en Leganés (el día 26) lleva por nombre (no me gusta) «Arroyosur», y que en el indicador dice M409 Fuenlabrada cuando debería decir M409 Leganés(-Fuenlabrada, en todo caso). Está en nuestro suelo, es nuestro, no de Fuenla. – cagarme en la puta varias veces en el servicio de averías de Tele2. El pobre chaval no tiene culpa pero yo llevo sin fijo ni adsl desde el martes pasado. Al final, todos los caminos conducen a Roma. – llegar al curro. Al oficial. Y currar. A eso voy ahora. – el resto del día lo gastaré aquí y en ir a ver a mis padres (y a cenar by the face, of course). En resumen: se me ha ido (casi) el lunes y no me he dado ni cuenta. Como en Ávila.