Ardiendo

Un descubrimiento de la TDT fue la redifusión del telediario por el 24h, justo cuando termina en directo. Eso me permite verlo aunque vaya siempre tarde. Ayer lo vi, mientras cenaba, antes de empezar mi sesión de plancha, que la hice acompañado del mismo canal, en donde Vicente Vallés se ha montado un programa entretenido para la noche. Ayer, por enésimo día, dieron un reportaje sobre los incendios de California. Esto del fuego es una cosa que no entiendo. Tan difíciles de apagar son esos fuegos? Porque aquí se nos quema Lugo o La Palma y bueno, se quema el monte pero se controla, mejor o peor. Pero allí… allí se les queman ciudades, el fuego rodea casas y el Estado lleva ardiendo meses. De verdad que no lo veo claro. No tienen más efectivos? Que se me quemen a mí las ciudades en el Sim City porque tengo pocos bomberos, pase, pero California? Raro. Luego llegaron los deportes. Yo ayer no estaba especialmente molesto o mosqueado, todo lo contrario, pero fue salir Mijatovic por la pantalla y se me torció el gesto. Hemos estado y seguimos siendo contentos con el entrenador. Pero vamos a ver, Pedja, tú eres tonto o qué? Cuándo has llegado a España? Ayer? Si llevas aquí mil años ya! Aún no sabes conjugar los verbos? Aún no te sabes el gerundio de estar? Que esto no es inglés! Que es más fácil! O igual es que vas de guay y prefieres decirlo así adrede, para quedar un poco, no sé, de guay? Siempre vamos dar la cara. Que te la partan, eso necesitas. Igual así hablas sin que parezca que sales de una película de indios y vaqueros… Me revientas. Vale que se te quede acento, pero esas expresiones imposibles? No te creo. No.

Factura

La planta solar fotovoltaica instalada sobre el tejado de la fábrica de Zaragoza de General Motors Europe (GM) está ya operativa. La planta consiste en 85.000 módulos solares ligeros con una superficie activa fotovoltaica de 183.000 metros cuadrados, lo que la convierte en la mayor planta solar del mundo sobre tejado, y asegura una reducción anual de las emisiones de CO2 de 6.700 toneladas. Con una capacidad de 10 Mega Vatios, la producción anual que saldrá de la planta solar fotovoltaica de Figueruelas (Zaragoza) se estima sea de 15,1 millones de kWh, suficientes para satisfacer la demanda de 4.600 hogares con un consumo medio anual de 3.300 kWh. Mi última factura:

Juntos

Café para dos, fumando un cigarrillo a medias. Eres single y vives solo. De lunes a jueves comes fuera de casa, los viernes vas a comer calentito y bien a casa de mamá, te queda sábado y domingo para comer en casa. Te haces la comida el sábado, y después el cafelito, pero… te haces también para después, para el domingo, el lunes, el martes, el miércoles… y si lo guardas no es lo mismo. La solución: la cafetera «Juuuuuuuuuuuntos, café para dos tazas». Una para después de comer y otra para media tarde, porque al final el domingo vuelvo a comer con los parents y me lo tomo allí…

Stayin’ alive

No hay mal que por bien no venga. Ni baja. Hoy termina la segunda que gasto en mi vida laboral, la misma que me ha tenido en casa desde el martes pasado. Y como la parte mala, esa en la que estaba febril y hecho unos zorros, de la garganta, de la tos, de los mocos y de todo, la pasé estando de alta, puedo considerar estos días como muy productivos. Básicamente esta tarde voy a por el alta porque estoy mejor, pero también porque se me han acabado los entretenimientos en casa. Ya he ordenado todas mis facturas y mis historias, que estaban pendientes desde hace mil años, he lavado, planchado y ordenado mucha ropa, he dejado la mesa de dibujo casi vacía de miles de montoncitos de papeles y cosas que la plagaban, he ordenado, valga la redun, el ordenador; he vaciado cajas, carpetas, he presentado mis presupuestos para 2009 (a falta de la inminente llegada de la carta con la revisión de la hipoteca), he jugado al Sim City 4, me he tomado mis medicinas, he hecho cinco comidas al día, para que luego me digan y he visto alguna peli y algunos episodios pendientes de algunas series, aunque, principalmente, la baja la he pasado con Dexter. Figuradamente, claro. Y además, he tenido que aguantar a un «profesional», de esos que no saben si les apetece o no hacer una ñapa, que lleva tres días (jueves, viernes y lunes), tres, para cambiar la cerradura de la puerta del armario de los contadores de la luz, con la parte proporcional de molestias, ruidos, llamadas al telefonillo, llamadas al timbre, enchufamientos de sus máquinas en mi red eléctrica y los «puedo dejar la herramienta aquí para mañana?», incluida.

Neu

O lo que es lo mismo: principio de neumonía. Eso tengo. Yo sabía que no era un catarro ni un constipado ni un virus tipo, era algo con nombre más rimbombante, más sufrido también, y más merecedor de una baja que un triste resfriado. Así que fin al misterio. Cuando termine de tomarme las 20 pastillitas, a 2 por día cada 12 horas, que me han costado 32 euros, se supone que estaré mucho más mejor. Para entonces habré dejado de fumar sin proponérmelo y solo tendré que mantener la decisión en firme y habré superado otro de mis lastres, el último que me queda, creo. Para avivar el debate sobre si estoy o no más delgado, os dejo una foto mía enbolasya! para que saquéis conclusiones. De frente y de perfil…

Febril

Según la Wiki lo que tengo no es fiebre sino febrícula, porque mi récord está en 38,3ºC y han sido picos. Me vengo moviendo, desde el jueves por la tarde, entre los 37 y los 38, y algún ratejo (pocos) por debajo de los 36, que es lo normal. Estoy casi tan acostumbrado que ya no necesito ni termómetro, ni de mercurio ni digital, para saber como estoy de caliente. Dice mi madre que cuando era pequeño, cada vez que me constipaba y pasaba algún día con fiebre, crecía. Por eso cuando me hacía los pantalones del uniforme del colegio en septiembre siempre dejaba un dobladillo tremendo por dentro para ir sacándolo conforme yo daba mis estirones. Tantos dí que me hice superalto, pero nunca llevé los pantalones del uniforme pesqueros… Ahora que ya soy mayor en lugar de crecer a lo alto, debería crecer a lo ancho, pero la cosa es que parece que decrezco. Esta mañana el médico al auscultarme me ha dicho: «estás mas delgado?» Le me mirado con cara de tristeza, la que se me pone cuando estoy febril, y le he dicho: «últimamente me lo dice todo el mundo. Pero lo cierto es que sigo pesando lo mismo». Actualización de las once y cuarto: cuando hablo sube el pan!

News

Ayer cuando llegaba a casa me encontré en la puerta con el vecino. Yo soy más bien sieso y no suelo pasar del «hola» y «adios» a menos que tengamos una rata en común. Así que hablé con él, pero por última vez, porque en la conversación me contó que ya no tenemos una rata en común: se la cargaron el lunes. Mejor. Yo ayer llegaba un poco cabreado porque los ghostsbusters tuvieron a mis padres cuatro horas esperando en mi casa para luego no presentarse. Y me sentó mal, a mí y a ellos; por mi y por ellos. Hoy han ido a nada, porque no tenemos «lugares donde puedan criar» (sólo faltaba!) y las bolsas que reparten no actúan si no hay una madriguera… a veces me pregunto el por qué de las cosas, pero en esta ocasión voy a pasar. Voy a darle a este episodio la misma importancia que le di el año pasado, con la diferencia de que este año ya me he excedido en días y en posts sobre este tema. La rata ha muerto. La segunda rata ha muerto. Fin. Al entrar en casa se me pasó un poco el cabreo cuando descubrí que mi madre me había recogido los cacharros del fregadero… aunque la ropa seguía en la cuerda…

No news

Al despertarme el sábado, lo primero que hice fue ir a la puerta del patio, a mirar. Quería ver una rata muerta en mi cepo, pero encontré esto: Es lista, y yo no tanto como pensaba. La cosa es que saltó el cepo (los dos) pero no la cazó y, sorprendentemente, aún quedando la brocheta a la vista, no la picoteó siquiera. Así que el joven ingeniero volvió a calzar el cepo pero contra la pared, para que este fuera menos vulnerable. Así pasó todo el sábado, la noche y el domingo. Nada de nada. Y mientras tanto en el patio de al lado… el domingo por la tarde oigo a mis vecinos decir (yo tras la persiana bajada, para poder abrir un poquito y ventilar sin miedo) que la rata le ha mordido el cable eléctrico de la caldera… Por lo pronto ellos han puesto una chapa que impide que, si está en mi patio, pase al suyo. Muy listos. Esa misma barrera hará que si entra al suyo tenga más difícil la salida, pero en fin… Así amaneció ayer lunes un cepo saltado, otro no. Pero sin rastro de la puta rata. Luego me llamó la Administradora para decirme que van a desratizar. Que al vecino de al lado casi se le mete en casa… A mi!!! Me lo viene a contar a mi!!! «A mi se me metió el año pasado una en casa, pero no dije nada. La cacé y ya», le he dicho, para que aún le queden superhéroes referentes en esta comunidad… Hoy a las 2 van unos desratizadores (que se me lengua la traba) a echar nosequé. Estará mi padre (que tiene instrucciones precisas) y yo no lo voy a ver… Mejor. Porque seguro que me decepcionan: me los espero un poco (léase cantando) Ghostbusters!

Season 2

Era cuestión de tiempo que el post más visitado ever en LZM continuara. Vuelve… Intrusos. Serían las siete de la tarde cuando, estando tumbado y medio sobado en el sofá, llaman al timbre. No habían pasado ni 24 horas desde que viera Los extraños. Allí llamaban a la puerta a las cuatro de la mañana y después de unas horas de infierno, los protas acababan muriendo muy mal. Yo había quedado con mis amigos bolos a las 9 para tomar unas cañas y no quería faltar, pero aún así abrí. «Serán vecinos», pensé. Y lo eran. Ante mi puerta mi vecino de medianería y, bajo el umbral de su puerta, mi vecino del A. «Perdona que te moleste pero es que tienes tenemos un problema… creo que hay una rata en tu patio». Me cuenta que esta mañana en el suyo, que está arrinconado al fondo del mío, moviendo un armario que tiene, le ha salido una rata de detrás y ha saltado el murete de separación y se ha colado bajo la mampara de cristal, al mío. Eso esta mañana, igual está en mi patio o igual ha saltado a los de otras fincas y ya no está. Se nos añade a la conversación uno del primero que ha entrado y se queda a escuchar. Y lo que ellos pensaban que era el episodio más importante de la comunidad se convierte en una anécdota cuando les digo, con total tranquilidad, que el año pasado yo ya tuve una y además dentro de casa. El del primero toma la palabra usando sustantivos como administradora, desratización y derrama, verbos como llamar y pagar, y la expresión «cuanto antes». Yo les he dicho, enseñándoselo, que iba a volver a poner mi cepo-para-dos, que lleva en el patio desde el año pasado, porsi. Que se fueran tranquilos, que no abrieran las ventanas y que caería. «Igual esta tarde no, pero esta noche, o mañana». En algún momento olerá la comida. Yo me encargo de todo. Y ya hablaremos, cuando toque la junta, de las palabras de Paco (porque a mí me viene fatal pagar nada ahora). Se van a la calle y yo vuelvo al salón, pero en la calle ya se ha formado un corrillo de vecinos que cuentan el suceso al pie de mi ventana. Así que escucho. «Este chaval dice que ya tuvo una el año pasado. Y dentro de la casa! Que oyó las pisaditas cuando estaba en la cama y consiguió arrinconarla en la cocina toda la noche hasta que la cazó al día siguiente». Yo ya era un superhéroe. «Mira el calvo, qué valiente!» habrán pensado sin duda. Así que, muy concienciado con el papel que tengo que desempeñar en ésta, mi comunidad, con mucho esmero he preparado el cepo. Lo he limpiado un poco y he buscado en la nevera qué poner de señuelo. Por suerte en mi nevera siempre hay agua fría y cosas caducadas. El resultado: una brocheta de salchicha viena de Eroski y un quesito del refresco del día de la Virgen de Butarque, que para eso sigo pagando mi cuota. Iba a poner queso queso, pero tenía que abrirlo y pasé. Hice un par de pruebas de funcionamiento en las que descubrí que tanta lluvia de todo el año había oxidado un poco la máquina, así que le di aceite en las zonas que tenían que ser más sensibles al movimiento para que funcionara bien, no tuviera rozamiento (que para algo es uno casi ingeniero) y pudiera pillar a la bicha. Y ahí está, en mitad del patio, esperando cazar su segunda rata en un año. Yo he activado el Protocolo Anti Intrusos Nivel Cero, que creé tras la experiencia del año pasado y me he bajado a las cañas. To be continued…

Marcas

Mis Munich y mi tarima no se llevan bien. Y, la verdad, es una pena. Cuando el sábado por la mañana salió el sol y mi casa se llenó de luz pude comprobar como toda la tarima de toda la casa estaba salpicada de marcas, rectas, finas, negras y grises. «Y todo esto? Si yo fregué el martes!!» Y analizando llegué a la conclusión de que habían sido mis Munich que añoran el nivel del mar y protestan por los 600 metros de altitud de Madrid dejando marcas por toda la casa. O igual es que no levanto el talón lo suficiente al andar?

Por Toledo

Aprovechando que el Tajo pasa por Toledo, que el Alcalde de Madrid iba a la tele a responder preguntas sorpresa y (sobre todo por esto) que tenía cuatro lavadoras pendientes, esta noche lo he mezclado todo. Menos lo del Tajo y Toledo. El Alcalde. No iba como tal. En ese caso los 100 ciudadanos lo hubieran sido de Madrid, al menos de la Comunidad, y no de Jaén, Barcelona o La Manga del Mar Menor. Iba en calidad de miembro del partido principalmente. Que no le haya votado cuando he podido hacerlo no significa que no le considere una persona inteligentísima y que habla muy bien. Casi embauca. Le dejó un recadito al Frederico, dijo cosas a las que algunos habrán dicho «uhuhuh qué dice!» y otras de aplauso. Un ciudadano era arquitecto, con barba y calvo. «Las únicas bodas de oro que celebraré serán con mi entidad bancaria». Lo dijo una chavala y tiene toda la razón. La plancha. Me se juntaron las lavadoras Vacaciones-White y Vacaciones-Coloured, con la lavadora Semana-de-la-boda y la semanal del sábado pasado. Y ya iba siendo hora de plancharlas todas. Eso dice mucho de: a) mi capacidad para no ensuciar mucha ropa b) el tamaño de mi armario Con el Alcalde se hizo entretenida. Como finalmente acabó pronto (23h45) y a mi me quedaba un ratito aún, me puse música. Casualmente la misma que escuché cuando ensuciaba la ropa. Pero muy lejos de aquí, claro. Dejo «para mañana» un pantalón que es anterior a todas las lavadoras y el guardarlo todo en el armario, porque además hoy he corrido durante 20 minutos y me he hecho otros tantos en bici y son las doce y media y, o me voy a sobar ya, o mañana me dormiré. Y el Tajo sigue pasando por Toledo. Menos mal.

20% Gratis

Mis tres semanas de vacaciones traían un 20% gratis como el bote de desodorante, la bolsa de detergente o el nesquik. Y como en los días ya gastados no he hecho prácticamente nada productivo mas que perrear, juguetear con el ordena, dormir, ver tele, dormir, ver tele, dormir, salir (sólo un poquito, hasta las 6 un martes), algún compromiso familiar y dormir, puedo considerar ese 20% gratis gastado y afrontar por delante tres semanas de vacaciones completas, tres. A estrenar. Sólo me falta engordar. Empieza con v…

Ironic

El calor era insoportable fuera. Lo comprobé al volver del cumpleaños de mi padre, primero, y en el manguerazo diario, después. Tanto calor hizo ayer que durante el manguerazo se me presentaran tres salamanquesas diferentes, de tamaños L, M y S, detrás de diversas plantas. La familia Pelaez de las salamanquesas. Dejé la ventana cerrada, porque dentro se estaba más fresco, bastante más. Acerté. A las dos de la mañana, cuando me iba para la cama, tenía un zoo volador al otro lado del cristal. La luz de mi flexo debía ser la única que iluminaba el patio común de la manzana. Me ahorré molestias y picaduras. No voy a quejarme de acostarme casi a las dos de la mañana por terminar una obra. Ni del trajín y las carreras de esta mañana por la oficina. Ni voy a hablar de la grandísima mano que me han echado dos compañeras para terminar, ni del diagrama de Gantt valorado que no he presentado porque no había tiempo para más. Ni siquiera del dolor de estómago que se me ha encajado y que no sé si responde al pincho de tortilla del desayuno, a los nervios, a las carreras, a la presencia de mi jefe preguntando «cómo vas?» cada tres minutos o a las cuatro míseras horas de sueño de anoche. Sólo quiero irme a mi casa; salir a la calle y derretirme bajo el incesante calor del día de la Vírgen de las Nieves. Isn’t it ironic, don’t you think?

Ya que estás

La primera vez que ví el último anuncio de CocaCola fue en el blog de Luxaurumque y al verlo lo que más me gustó fue la expresión «Ni consola ni consolo». Es muy de madre, al menos es muy de la mía, esa expresión. El recurrir a todas las variantes de género y número para decir algo. Ahora está muy ¿bien visto? llamar a las cosas por los dos géneros, pero mi madre, y muchas otras más, ya lo hacían en el pasado. Y en la pasada. La cosa es que ayer tarde me ví en una como la del anuncio. Hace tiempo que tenía en mente cambiar la cortina de la ducha, porque lleva dos años puesta y parece que sólo le cae agua pero estaba… telita marinera. Esto lo sé porque la cortina en cuestión es transparente y antes parecía que me duchaba en medio del pasillo y ahora siento agobio. No lo he hecho antes porque tenía que ir a Ikea a por ella y eso me echaba para atrás una y otra vez, hasta que mi hermana dijo «mañana voy a Ikea». Raudo y veloz, me dispuse a buscar el modelo para encargársela. Para ser fiel a la verdad, ya se la encargué hace unos meses pero no había; lo que miré en internet fue eso, la disponibilidad. Y volví a encargársela. Esta vez sí había, bien! Voy a cambiarla. [Voy a ilustrarlo con fotos que siempre queda más entretenido.] Esta afoto es el Estado Incial. Nótese que se intuye la alcachofa de una ducha en la parte superior izquierda de la imagen, pero poco más. Porque esto es lo que realmente hay detrás de la cortina: Y en este punto, cuando había quitado la vieja e iba a colocar la nueva me he dado cuenta de que la barra tenía un poco de polvo (quién limpia el polvo a la barra de la ducha?) y he pensado en pasarle una bayeta y entonces ha salido de mi boca… «ya que estás…» Y me he quedado pillado porque pensaba que estaba mi madre detrás, pero no, era yo. Ya que estás. La frase es de mi madre, pero también de mi abuela. En su casa  (donde vivía hasta que me independicé) se lavaban las cortinas como una vez al mes y siempre, siempre me tocaba a mi quitarlas y ponerlas y siempre, cuando estaba en ese momento de empezar, con cara de mosqueo (porque me había interrumpido algo superimportante como ver la tele, jugar al SimCity o lo que fuera), con la cortina en una mano, la barra en otra, haciendo equilibrismo subido en la escalera o en una silla o en lo que hubiera considerado oportuno, en ese momento aparecía la frase. «Espera; limpia un poquito la barra, hermoso. Ya que estás». No he podido contener la carcajada al verme en semejante situación; porque no solo tengo cosas de madre ya, sino también de abuela; lo más. La foto finish. Se nota la diferencia de las cortinas, no? Y sí, tengo una señal de un metro por un metro de «calle sin salida» en la ducha. Qué le vamos a hacer…