Hoy no me puedo levantar

El resumen: te pasas el primer acto intentando que no se te caiga la lagrimilla esa que lleva dos horas en el filo del párpado inferior; descanso de veinte minutos para tomarte una cocacola, relajarte, ver algún famoso todo a cien; y segundo acto en el que ya dejas, no sólo que la lagrimilla esa campe por tu mejilla a sus anchas, sino que la acompañe alguna que otra más. Esta noche estuve a ver Hoy no me puedo levantar. A buenas horas, cuando casi termina. Me resistía a ir. Era como más de lo mismo, porque sí. Pero mereció la pena. Durante la representación estuve haciendo memoria, para variar, del último concierto de Mecano. Fue en 1992, y restando me salen 15 años. Ocho horas en la puerta de Las Ventas haciendo cola; quince años del episodio de las bengalas. Ahora mi compañera de concierto es madre de una preciosidad y yo… yo seguiré diciendo todas las mañanas hoy tampoco me puedo levantar…

Lo difícil

Vengo de hacer un regalo. De cenar con amigos, de charlar, de risas, pero también de hacer un regalo. Y no es el cumpleaños de nadie, pero hemos hecho un regalo. Cuando te vuelves a casa tienes la sensación de que no es real, que estás viviendo algo en tu imaginación, que no puede ser cierto. Pero lo es. Has regalado un carro, un carro de niño, un carro de bebé. Y si lo hubiera soñado o imaginado el regalo me parecería absurdo. Como regalar una chistera o un paragüero. Pero no lo es porque va a nacer una niña, un bebé, y con ella el carro tiene sentido. Y el regalo tiene sentido. Todo tiene sentido aunque parezca lo contrario. Lo difícil es saber darle ese sentido, entenderlo, asimilarlo. Lo difícil es creer que todo sigue siendo igual.

Al salir de clase

Con los 600 euros que no he ganado como premio del concurso de carteles me he comprado, entre otros gadgets, un sintonizador de TDT. Eso me permite pasar de ver los 6 canales de toda la vida a ver 23, realmente a ver 17 más (porque ya veía 6 de ellos). Bueno, la cosa es que ahora cuando hago zapping tardo más y tengo más donde elegir. Estos canales nuevos o son de los que ya emiten por cable o satélite o son canales de relleno (en mayor o menor medida). Y entre ese relleno he encontrado Al salir de clase, lo que ha hecho que me pusiera muy contento: puedo volver a verla otra vez… aunque ahora al verla me sienta un viejales.

Matrimonio

Uno de cada tres españoles solteros rechaza el matrimonio AGENCIAS – Madrid EL PAÍS – Sociedad – 20-07-2006 Uno de cada tres españoles rechaza el matrimonio. Así se desprende de una encuesta del portal de Internet Lycos Europe a 25.000 solteros de ocho países europeos en los que participaron 1.925 españoles. Los resultados ofrecen diversos matices por comunidades. Los hombres baleares son los más reacios al compromiso: la mitad dice no al matrimonio. Por el contrario, las cántabras son las más favorables a celebrar su boda. Respecto al noviazgo, el 44,8% apostó por un duración entre dos y tres años. Más de la mitad rompería por una infidelidad, si bien el 20% no soportaría a una pareja muy celosa. Conclusiones: 1. Los solteros están hasta el gorro de soltar pasta por ir solos a las bodas de los amigos, por eso rechazan el matrimonio. 2. Hay que ir a Santander.

El MEC

De toda la vida el MEC fue el Ministerio de Educación y Ciencia. Desde el fin de semana pasado estas siglas pasan a ser propiedad del Madrid Electronic Conference, un evento al que tuve el gusto de asistir (invitado por EP3). Leí una crónica el lunes en la que se decía que a pesar de la poca promoción que tuvo fue un éxito. A mí me gustó. Más gente hubiera empezado a ser agobiante. El cartel era bastante bueno, aunque el repertorio de algunos de los grandes dejó bastante que desear (al menos para mí). La puesta en escena, como se puede ver en la foto, fue brutal (estas eran las gogos, que telita…). Hablan ya de la segunda edición. Espero que siga siendo en el Madrid Arena (impresionante) y que siga la buena línea de esta primera.

El anuncio y el post

Acabo de ver un anuncio de Mahou 5 estrellas. Entonces he pensado en escribir un post muy triste acerca de la reveladora información que me había proporcionado ese anuncio. En lo que he tardado en ir a por el portátil a otra habitación y volver al salón (que son apenas segundos) se ha transformado la idea tanto que el post ya no era triste. Y en el rato que ha tardado en encender, como he tenido que recordar la contraseña, se me ha olvidado de qué iba el anuncio y hasta el post. Será posible? Me dura la memoria lo justito para pasar el día. Y como por las mañanas trabajo y gasto más, por las noches no me dura ni la memoria instantánea. Y como soy un listo diré que la memoria instantánea es uno de los tres tipos de memoria que tenemos. Esto lo aprendimos en el Bachillerato. Había tres: una era la instantánea, otra no me acuerdo del nombre pero duraba algo más, y la tercera, que tampoco me acuerdo, era la de cosas que no se te olvidan nunca (porque las sabes, pienso yo, no porque te acuerdes). Esto es normal que se me haya olvidado porque han pasado 13 años, pero lo del anuncio y el post…

El discman

De la serie «Objetos del Pasado», hoy: el discman. Me lo regalaron de segunda mano. Tenía un problema: fallaba de vez en cuando, saltaba el CD. Aunque ese problema ocurría según la famosa Ley de Murphy. Llevabas el discman en el autobús dentro de tu mochila y pasabas por una zona de baches y movimiento, pero la canción seguía sonando sin parar. Lo ponías quieto encima de la mesa con sus altavoces y saltaba sin parar. Traía dos altavoces para usarlo sin auriculares que a su vez yo volví a regalar de tercera mano a mi compañero Gorka cuando este se compró un mp3 portátil. Supuse que estarían mejor al lado de un equipo nuevo que de este viejo discman que me vacilaba sin parar. Y supongo que seguirán con él.

Las entradas del cine

De la serie «Objetos del Pasado», hoy: las entradas de cine. Hubo un tiempo en que el cine era eso, un cine, una única sala de cine en la cual se proyectaba solo una película. Solo se vendían palomitas y no se podían llevar bebidas a la sala. Y su entrada correspondiente era de cartulina y no hacía mención a la hora de proyección o al título de la película. Después los cines se dividieron y dieron lugar a los minicines que, como su propio nombre indica, eran salas de cine pero más pequeñas (3 donde antes hubo sólo una). Y a la vez aparecieron los multicines que (aquí también indica el nombre) eran varias salas de cine pero del tamaño de toda la vida. Su extensión era superior a la de los cines tradicionales y por eso se ubicaban en centros comerciales (casi siempre en la periferia). Aquí llegó la tecnología, el dolby sorround, las palomitas en cubos, la comida y la bebida dentro de la sala, las sesiones numeradas y la entrada impresa por ordenador. La mayoría de aquellas entradas impresas han perdido la tinta y sólo queda el papel original sobre el que se estampó la hora y la película. Ahora solo sobreviven los multicines. Los cines y los minicines están cerrados, han desaparecido o se han convertido en supermercados, tiendas o se han vuelto a transformar en otros negocios. Los multicines siguen existiendo, pero han hecho tan insoportable ir a ver una película (problemas de aparcamiento, horarios ampliados, exceso de ruido en la sala, publicidad, precios abusivos) que casi sale mas a cuenta el no ir.

El Siemens

De la serie «Objetos del Pasado», hoy: el Siemens. Se le cayó a alguien y yo, en lugar de devolverlo, me lo quedé. Sé que no está bien, pero tampoco estuvo bien que alguien me levantara del coche mi flamante primer Nokia. El caso es que me lo quedé, le asigné un número nuevo (curiosamente el mismo que aún conservo), le compré un cargador y a tirar. Era malo, seguro que de lo mejor de aquella época, pero malo. No tenía vibrador, la pantalla era amarilla con las letras en negro, sonaba cuando quería, escribir mensajes en dos líneas era complicado… pero me hizo el apaño desde marzo de 2000 hasta las navidades de 2001 (casi 2 años), fecha en la que los Reyes me trajeron mi Nokia 6210 rojito que perdí en algún lugar de La Mancha (no es coña, fue en Toledo). Luego dejó de funcionar. Decía «apagado o fuera de cobertura» cuando estaba encendido, no sonaba cuando llamaban, la batería duraba nada… y lo jubilé. Tras él llegaron el mencionado Nokia, un Mitsubishi y el actual V3… qué de horas pegado a estos cacharros.

Los libros de inglés

De la serie «Objetos del Pasado», hoy: los libros del New Cambridge English Course. Todo lo (poco) que sé de inglés lo sé gracias a estos tres libros. No es que estudiándolos ya se sepa hablar inglés, pero estos tres libros me gustaron tanto (en cuanto a diseño e impresión) que empezó también a gustarme el inglés y lo seguí estudiando varios años más, hasta que los libros del futuro no fueron lo suficientemente atractivos y hasta que mi vida se complicó hasta el punto de tener que elegir entre mi carrera y el inglés. Y desde hace 8 años está el examen de 5º esperando a que algún día lo apruebe, y consiga de una vez el ansiado título, que ahora ya ni recuerdo cual es…

La mudanza

Hacer una mudanza no consiste solo en llenar cajas, llevarlas de una casa a otra y deshacer cajas. Las cajas están llenas de cosas, algunas que ni sabíamos que estaban todavía allí. Se remueven más recuerdos que objetos, por mucho que me empeñe en negarlo… qué de recuerdos. Algunos buenos, otros insignificantes en sí y otros malos. Demasiado pasado removido en tan poco tiempo. Además de recuerdos, efectivamente, se remueven cosas materiales. Algunas llevan sin servir para nada desde hace mucho, pero siguen ahí, en cualquier rincón escondidas. He decidido tirar muchas de ellas en la primera selección, pero hay otras que, junto con los recuerdos, no sé que hacer, si tirarlas o guardarlas otra temporada más.

30

Hoy ha terminado de descargar el último zip que me faltaba de Vídeos de los 80 que, para variar, encontré por casualidad en el eMule. En este último volumen venían joyitas como Take on me de A-ha, Walk like an Egyptian de The bangles o el mítico We are the world. He de decirle a Chanquete, recopilador de esta colección, que hay una cagadita: el Shiny happy people de REM es de 1991 y eso en mi pueblo no son los 80. Pero sin duda el vídeo de este volumen era The final countdown de Europe. Qué tendrá esa canción que gusta tanto? Nananana nanana na na… Da como un buen rollo… Y esos heavies de los cantantes… Llevaban el pelo largo, pero rizado de peluquería, y no sé si es la calidad del vídeo o me da a mí que van hasta maquillados (aquello era el año 86). Me gusta; han pasado 20 años y me sigue gustando como la primera vez. Yo era un moco de apenas 10 años y recuerdo que aquel año hasta la usó el PP (o entonces todavía era AP?) para la campaña electoral. En aquella campaña electoral a mi pueblo vino el Presidente del Gobierno, Flipe Glez. Recuerdo que mis padres fueron a verle y nosotros nos pasamos la tarde peinando la plaza de la Fuentehonda para pillar merchandising: caramelos, globos, mecheros, cerillas, bolígrafos… menuda dote que pillamos aquella tarde… Casualmente hoy cumplo 30 años. Recordar estas cosas es sinónimo de ser mayor? Sonreir al ver a Europe como mi madre sonríe cuando sale El dúo dinámico es sinónimo de ser mayor? Acordarme de anécdotas de hace 20 años es sinónimo de ser mayor? Añorar el pasado es sinónimo de ser mayor? Creo que no. Creo que ahora empieza la segunda parte.