Biribiribiribiri

Sonó el telefonillo del portal esta mañana y para allá que me fui esperando encontrar a mi interlocutor de siempre. Nuestra conversación es parca en palabras pero muy tradicional, nunca innovamos, ni él ni yo, parece que repetimos un guión de alguna forma institucionalizado:

Biribiribiribiri [sonido del telefonillo].
—Sí —digo yo siempre al descolgar.
—Cartero de Correos, me abre? —dice siempre él.
Puerta abierta [esto lo dice la voz autómata de la mujer que vive dentro de la botonera del telefonillo].
—Gracias —grita el cartero, de forma que le oigo por una oreja a través del auricular del telefonillo y por la otra a través de la puerta de mi casa.

Pero esta mañana no era él. Era una voz de mujer.

—Buenos días, me puede abrir?
—Quién es? —pregunto para saber si debo o no.
—Somos Testigos de Jehová y queríamos charlar con los vecinos y con usted también…

Pienso durante dos segundos en la contestación que voy a dar y respondo:

—Yo no os voy a abrir, no me interesa; probad en otro piso a ver si os abren.
—De acuerdo, gracias.
—A tí —y cuelgo.

De vuelta al sofá, en donde veía en diferido la esperpéntica gala de Operación Triunfo de anoche, antes de dar al play he escuchado por la ventana como probaban suerte en otos pisos. Creo que finalmente no ha habido éxito, así que he privado a esta mi comunidad de ser evangelizada.

11 thoughts on “Biribiribiribiri

  1. LA gente que intenta evangelizar es mala, falaz e inhumana… al menos el cristianismo de toda la vida es medio normal, pero estas sectuchas absurdas… ains! Un diluvio, un diluvio!

  2. Ni «testigos», ni mormones, ni leches. Yo soy como tú. Pero he de confesar que hubo un tiempo en que hablaba con ellos porque a mí siempre me ha ido eso de contrastar opiniones y entender las cosas … pero claro, con gente que no quiere escuchar ni razonar no se puede hablar, así es que, directamente paso de ellos …
    Besicos!

  3. Estimado RMN, sepas que has privado a todo el vecindario de una evangelización que siempre viene bien en tiempos de crisis (¡qué listos son!).

  4. Habéis hecho muy bien, tú y tus vecinos, no puedes estar seguro que de verdad fueran TdJ y no una banda de malvados asaltapisos prestos a desvalijaros. Aunque no sé que es peor…

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