Invasión

Este año he consentido, de momento, la presencia de toda una colonia de hormigas, asentada y bien asentada en la medianería de mi patio, que vienen a mis plantas a proveerse. Algunas se pasan y van a morir próximamente, pero en general he consentido porque si han llegado hasta aquí no se van a ir a las primeras de cambio. Es inevitable, la naturaleza viene a mi como la montaña a Mahoma. Pero todo esto es fuera, en la zona descubierta. Dentro las cosas cambian.

Dentro ya he tenido visitas desagradables time ago y no me apetece convivir con nadie si no me paga la mitad de los gastos. Hace varias semanas, pasando la aspiradora encontré una hormiga en el suelo del estudio [H1]. Podía haber llegado aquí desde la calle en algún momento o quizás venía con las flores que mis padres me trajeron unos días antes; la procedencia en ese momento me daba igual, sabía el destino: ser aspirada. Seguí el recorrido y al llegar al umbral de la cocina vi otra [H2]. Dudo, lo primero, si he aspirado la primera. Igual se quedó enganchada en el cepillo… La aspiro también. Sigo y termino. Al entrar al estudio me encuentro de nuevo, otra vez, una hormiga en el mismo lugar [H1] que la primera de todas. Y empiezo a volverme loco: se teletransportan las hormigas dentro de mi casa? Creo que las aspiro cuando no lo hago? Hacen magia? Para evitar fenómenos extraños decido pisarla y dejarla ahí para asegurarme de que está muerta y no se aparece en otro lugar. Y allí estuvo sin más.

El día 2 de mayo, al llegar a casa tras las cañitas del dos de mayo, me encuentro que tengo inaugurada una autopista de hormigas, la H40 [en rojo], que avanza hacia mi cocina. Me sorprendió, pero en lugar de pisotearlas todas decidí observarlas. Ahora estaban organizadas y sería fácil adivinar sus movimientos. El tránsito no era muy grande, pero podía intuirse el recorrido, y llegaba hasta la cocina, apenas una o dos habían alcanzado los pies del armario más lejano, el único con comida en la parte baja. Pero la cabecera era desconcertante porque parecían salir de debajo del ordenador, algo que me parecía imposible, aunque no tanto. Ese dos de mayo antes de acostarme comprobé que ya, de alguna forma, sabían que en ese armario había comida. Para evitarme disgustos eché veneno y me fuí a la cama. El 3 de mayo, como en 1808, amaneció con fusilamientos. Ni rastro de hormigas vivas en la cocina y cadáveres en la zona cero; pero el trajín del estudio seguía, ahora con otro recorrido.

Siempre sin perder referencias espaciales, como esquinas, rincones o mobiliario, durante los días siguientes, hasta el día de la caja vacía, consiguieron trazar una ruta alternativa, la H45 [en azul] hasta alcanzar una zona del salón bastante alejada de la puerta, ignorando el acceso a dos habitaciones. Las hormigas son muy listas y envían exploradoras a ver qué encuentran. Las exploradoras pueden tener suerte y descubrir algo que contar al grupo, que llegará, antes o después llegará. Por eso las que me encontré en el baño o en mi cuarto no eran más que exploradoras sin suerte, no solo por no encontrar comida, sino porque morían aplastadas una tras otra. Alguna de ellas triunfó y descubrió bolitas de chocolate por el suelo del salón, de unos bombones belgas riquísimos que tenía en una bolsa que perdía bolitas. Esas bolitas de chocolate fueron el GPS perfecto para averiguar por dónde entraban a casa, porque ahora lo que querrían sería salir… Y así averigué a medias su procedencia.

Bienvenidos a mi casa. Llevo tres años viviendo aquí y el edificio tiene uno más, cuatro en total. Aquel invierno previo a la mudanza me emplastecí todas las fisuras de movimiento antes de pintar. Tres años después han vuelto a aparecer, algunas con mayor recorrido que las iniciales; incluso las hay nuevas. Y uno es listo, y aparejador, aunque parado, y sabe leer lo que dicen las grietas y el sentido común. Eso es parte de un informe, que tengo escrito mentalmente, pero que tengo que publicar algún día sobre el movimiento del edificio sin juntas de dilatación en el que habito. Y a través de las fisuras, que no grietas, que el movimiento ha provocado han llegado las hormigas hasta el interior de mi casa, sin que por fuera haya ninguna actividad, apareciendo por el rodapié del rincón de mi estudio [el punto verde], epicentro de la invasión.

La hormiga más emprendedora, la avistada en el punto más lejano al acceso, había hecho un recorrido de 8,60 metros, sólo por el interior de mi casa. Si aplicamos equivalencias y yo hubiera hecho esto por el barrio, andando, hubiera recorrido 430 metros, varias manzanas alrededor de la mía.

14 thoughts on “Invasión

  1. Joder, qué estudio más detallado! La verdad es que observar las hormigas es apasionante :-p
    No, en serio, yo tb he perseguido alguna vez a una «hormiga exploradora» para intentar adivinar sus intenciones y poder descubrir su campamento base …

    Suerte y besicos!

  2. Impresionante, pero mucho más la forma de contarlo, una historia tonta pero que la haces apasionante, con su misterio y todo, me encantó.
    Eres único!

  3. Joder, perdona el taco, pero… ¡¡como te lo curras!! Eres el pasote en persona.
    Toma ya que descripción de los hechos acaecidos por la invasión de unas hormigas en tu vivienda.
    Flipando toy

  4. No dejas de sorprenderme…
    Pero tengo una duda…que diferencia hay entre grieta y fisura, el tamaño??

  5. Currado el tema sí.
    Y una pregunta que siempre me he hecho.. Quien tiene la culpa de los errores «básicos» de construcción de un edificio?

  6. Jajajaja! Vaya tela, creo que en mi vida había visto un post tan interesante sobre unas hormigas. «Antz» y «Bichos» son literatura barata al lado de esto.

  7. Lux, a veces observando se obtienen muchas respuestas, como esta vez 🙂

    Halo, no, no te muelas 😛

    Matri, cuando vives solo cualquier suceso es apasionante y misterioso 🙂

    Jelens, los hechos acaecieron así, sí señor 🙂

    Minego, sí, el tamaño; todas las grietas fueron en su día fisuras pero no todas las fisuras se convierten en grietas.

    Mocho, gracias!

    Ralz, que un edificio se mueva no es un error, es una necesidad. Estas fisuras tardan unos diez años en consolidar. Después no vuelven a aparecer, si todo está bien.

    Destornillador, me entretengo como puedo 🙂

    Feer, bienvenido! Estar parado provoca estos comportamientos 🙂

    Oraculador, no, cucarachas no, por favor!

    Ace, gracias! He cerrado mis fronteras con Cucal, así que al menos dentro de mi casa no 😛

  8. O.O
    Mucha suerte con el Cucal… a ver si las espanta lejoos lejooos, y si no, como tú dices, que te traigan algo de dinero suelto como gastos de convivencia 😉

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