Hormigonando el infierno

Un pilote es, para quien no lo sepa, un sistema de cimentación profunda. Imaginemos un pilar de 5 ó 10 metros que nace a esa profundidad y termina a ras de suelo. Sobre la parte superior del pilote (generalmente en grupos de 2, 3 o más) se ejecutan las zapatas que soportan el peso del edificio y lo reparten a lo largo del pilote hasta encontrar el firme sobre el que trasmitir ese esfuerzo. En la M30 se ven muchas pilotadoras (la máquina que hace los pilotes) característica porque es como la broca de una máquina taladradora, pero en gigante.

Pues bien, en la nueva obra tenemos cimentación por pilotes. Hoy hemos abierto uno de ellos, de 15 metros de profundidad, así que vamos a llamar a la planta… Si multiplicamos el largo del pilote por su sección (pi por r al cuadrado) nos da el volumen de hormigón para rellenar el pilote. Como hacíamos en el cole:

Volumen de un cilindro = S x L.
Superficie = π x r^2 = π x 0,22^2 = 0,15 m2.
Longitud = 15,00 m.
Volumen = 0,15 x 15,00 = 2,25 m3.

La solución del problema: hay que pedir a la planta una hormigonera con 3 m3 de hormigón y nos sobrarán 0,75 m3. En teoría, porque siempre hay desperdicio (esto en un examen, y de nota).

Pues bien… Hemos vertido 24 metros (1750 euros enterrados en el centro de la Tierra), lo que significa que la barrena (la broca) de la pilotadora ha debido atravesar el techo del mismísimo infierno, y nosotros lo hemos hormigonado a continuación sin saberlo. Así que todos tranquilos, que como mucho al purgatorio, porque el infierno ha dejado de existir. Al menos físicamente.

One thought on “Hormigonando el infierno

  1. hola, me gustaría ver las etapas del hormigonado en un a construcción con fotos y todo eso, vale chao..

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