Otra comida memorable

Lo bueno que tiene comer allí es que nunca te aburres, ni aun yendo sólo, como es mi caso. Me refiero al McDonalds del centro comercial Alcampo de la calle Pio XII de Madrid. Desde aquí recomiendo fervorosamente a todos los lectores que acudan a comer allí al menos una vez en la vida, como lo de ir a La Meca.

Suelo sentarme lo más alejado posible de todo el mundo pero tarde o temprano se te coloca cerca alguien o algo que hace que algo tan triste como comer solo en un McDonalds se convierta en algo divertido.

Hoy me quedo con dos detalles. Primero los yuppies (por la zona hay bastantes oficinas y el aparcamiento es gratis las 2 primeras horas). Uno pensaba que un Cuarto de Libra con queso era medio kilo de hamburguesa o algo así, por las caras y los comentarios que ha hecho cuando ha abierto la caja.

Pero, por encima de todo me quedo con los grupitos de supermegaguays de los coles de pago de alrededor. Hoy tocaban niñas. Procuro ser discreto, y si son niñas más (a ver si van a pesar que soy el típico calvorota treintón cotilla y salido, que también), pero hoy no he podido por menos que concentrarme en la conversación, súperfuerte.

Pues allí estaban Meri, Pipi, Blanca, Tere, Cuqui y Vero. Juro por quien sea o por lo que sea que se llamaban así porque hasta lo he apuntado en la agenda. Sé que se llaman así porque la séptima en cuestión le ha dicho a sus padres que se va con Meri, Pipi, Blanca, Tere, Cuqui y Vero, porque «no se fian». La cosa es que las niñas se van a esquiar la semana del puente. Y Cuqui tenía un problemón: resulta que se va la semana que viene a Tuquía «con mi familia», la otra se va con las amiguísimas y la siguiente se va a Austria a esquiar… y claro, no tiene un pavo y los padres le han dicho que viajar va a viajar y que esquiar también, así que pasan de soltar pasta para que se vaya con las amigas de farra. Qué malos son los padres -reflexiono yo aquí- que son capaces de pagar una pasta en irse a Turquia y a Austria con tal de que la chica no se pueda ir con las amigas una semana… hay que ver estos peperos cómo son, qué poca fiesta… Evidentemente los padres, aunque peperos, son algo inteligentes y han descubierto, igual que los padres de la otra que les miente, que lo de la esqui es una excusa cualquiera para irse con unos tíos (que me los estoy imaginando ya) a la nieve a meter a saco.

Porque unas niñas, a las que voy a hacer un favor echándoles 18 años, no pueden necesitar «echar gasofa» si no. A mi que no me vengan con cuentos… que se van en los atreses de los amigos y/o novios

Así que para ver cuánto tiene que recolectar Cuqui para escaparse han estado haciendo un pequeño presupuesto, de ahí lo de la gasofa. Y en esto Blanca ha caído en la cuenta de que tenía que alquilar los «esquísssssssss» y en ese momento la ese se ha hecho volátil y se ha extendido por todo el restaurante, así que he decidido irme a ver si me iba a asfixiar… La muy lista quería colar su alquiler en el bote común… Ahora entendemos por qué esta gente tiene tanta pasta. Y luego llaman agarraos a los catalanes… Como dice mi abuela: si la envidia fuera tiña…

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