Primavera

Ayer domingo, último día del invierno, aparqué el coche en la calle Claudio Coello y eché a andar calle abajo camino del parque de El Retiro. Apenas diez pasos después decidí que estaba siendo un atrevido yendo simplemente con una camiseta de manga corta y un jersey de punto fino, así que di la vuelta y cogí del coche la cazadora, que había dejado en el maletero pensando que no me haría falta. El sol calentaba, pero esos pasos por la acera en sombra me hicieron dudar. Doblé la cazadora en cuatro y la metí entre el semanal y el diario que llevaba en la mano, por si la acababa necesitando.

Diez minutos más tarde, tras cruzar el subterráneo de la calle Alcalá y llegar al lateral del embarcadero del estanque, ya me sobraba la cazadora, que seguía doblada entre el periódico bajo mi brazo, el jersey de punto fino y casi hasta los vaqueros. La primavera había llegado a Madrid. Y la gente lo sabía, porque inundaba cada rincón del parque, sus paseos, sus plazas, el embarcadero, el Palacio de Cristal, las terrazas y cualquier trocito verde donde calentara el sol. El paseo de coches parecía un domingo de Feria del Libro, pero sin casetas. Hordas de gente montadas en bicicletas y patines se mezclaban con familias de domingo, corredores entrenando y toda suerte de personajes. Se hacía difícil andar por allí y huir a la vez del sol, pero finalmente, después de zigzaguear un poco acabamos en el Bosque de los Ausentes. Allí había menos gente y menos bullicio, y más bancos vacíos y más sombras en los alrededores, así que acampamos para leer la prensa y darnos un descanso entre el gentío. Una hora después abandonábamos el parque buscando algún sitio donde comer antes de volver a casa.

Anoche, antes de meterme en la cama comprobé como una marca roja surcaba mi nuca y mi cuello, diferenciando las partes que habían estado expuestas al sol de las protegidas; y como mi cara tenía un tono rojizo que hoy se ha convertido en un coloreo moreno. Pero por desgracia, aunque la primavera astronómica ya esté entre nosotros, la meteorológica parece que va a tardar en venir para quedarse. Y es una pena, porque tras muchos fines de semana de nublados, lluvias y frío, lo de ayer fue un día extraordinario en medio de este largo, larguísimo trimestre cuatrimestre inicial del año, que queremos que se repita pronto y de contínuo.

7 thoughts on “Primavera

  1. Me he perdido … ¿cómo puede ser que pases de escribir en primera persona del singular a escribir en primera del plurar, así sin más? ¿Sin ningún tipo de solución de continuidad ni nada? Ein?! 😉
    (mola) 🙂

    Y sí, el domingo el invierno se despidió muy amablemente de nosotros … aunque no tengo muy claro si era por lástima y/o recochineo por la que se nos avecina estos próximos días. Vamos, que la primavera viene «rebolicá»!

    Besicos!

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