Soria

Nunca había pisado la provincia de Soria. Los neumáticos del alfita sí habían tenido contacto con ella, A2 mediante, pero mis pies no la habían pisado nunca. Hasta el viernes pasado, cuando llegué a Ucero, un coqueto pueblo al norte de El Burgo de Osma, donde arranca el cañón del río Lobos, un pequeño río que año tras año ha ido abriendo un cañón de dimensiones considerables. El sábado por la tarde lo recorrimos andando hasta llegar a la ermita de San Bartolomé y la cueva, mientras los buitres sobrevolaban nuesras cabezas. En la Edad del Bronce ya habitaban allí nuestros antepasados, pero sus descendientes sólo van de visita rural.

Durante la mañana habíamos subido a la Laguna Negra. Ascendimos en coche hasta la cota máxima permitida y de allí, siguiendo las huellas de todos aquellos que nos precedían, llegamos, pisando nieve y hielo, hasta la laguna. Lo de «negra» es un decir. Por un lado la superficie del agua lucía una considerable capa de nieve y hielo de más de 10 centímetros. Por otro lado las paredes circundantes también nevadas, lucían poca negrura. Y para terminar, sobre el blanco inmaculado de la nieve, se veían un sinfín de puntos de colores, uno por cada forro polar colorido de cada uno de los numerosos visitantes que nos acompañaban.

El domingo entre chaparrones visitamos El Burgo de Osma. Llovía, pero apenas nos mojamos porque la configuración porticada de sus calles nos permitió movernos con soltura sin tener casi que pisar zonas descubiertas. Expliqué así a mis acompañanates el sentido de los soportales de las ciudades, principalmente castellanas, que la mayoría cree estético. Y tras zamparnos un solomillo de la tierra regresamos a la ciudad. Una provincia más tachada en el mapa.

4 thoughts on “Soria

  1. Yo estuve en la provincia de Soria en mis tiempos universitarios. Unos amigos míos organizaban acampadas por aquellos tiempos y una de las que fui fue a Duruelo de la Sierra. Joder, qué recuerdos!
    Estuvimos en la Laguna Negra. Es una de las imágenes de mis viajes que recuerdo más bonitas y más especiales. Lloviznaba, cuando llegamos a la laguna sí se veía negra, pero se estaba empezando a levantar una niebla que casi no nos dejaba ver la orilla de enfrente. Yo iba con un grupo a los que nos gustaba cantar (casi todos cantábamos en coros) y, como no, nos pusimos a ello, como casi siempre que llegábamos a un sitio especial. La niebla fue subiendo y, realmente, nos sobrecogió el corazón.

    🙂

    Ains, hoy estoy sentimental jejeje

    Besicos!

  2. Cierto, mucha gente no conoce el valor «práctico» de los soportales hasta que llueve 😉 Aunque una vez oí algo como «ah mira, esto bonito que le pusieron a la casa nos vale para taparnos». ¡En estético se quedó! Jajaja.

    La segunda fotografía me encanta! 😀

  3. A mí me pasa lo mismo, he pasado decenas de veces por la provincia de Soria y sólo conozco la estación de autobús de la ciudad. Voy a tener que hacer alguna excursión.

    Muy bonitas las fotos, me ha gustado sobre todo la de la Laguna Negra blanca. ¿Y esta primera persona del plural también es mayestática? 🙂

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