Asignatura que te queda para septiembre
la que siempre se suspende*.
Y de repente: septiembre. Llega camuflado en forma de viernes para que cuando queramos darnos cuenta ya sea 4 ó 5 y nos sorprendamos más. Septiembre no me gusta. No es nada personal contra ese mes, pero me agobia. Es un mes que agobia. De repente la ciudad se llena en horas de gente, de coches, de ruidos, de monotonía. Regresa la gente de sus vacaciones contando y no parando, y se reincorpora a sus trabajos, que retoman la actividad. Vuelta al cole, niños, mochilas, autocares, anuncios. Coleccionables, la plaga del mes. Septiembre me agobia por la cantidad de planes que en él se hacen. Empieza un curso y es momento de organizarlo, pero no hay tiempo, hay que ser rápidos porque si no se irán sin llevarlos a cabo. El tiempo ahora corre más rápido. Las navidades son el próximo objetivo y los días, el tiempo, la luz van a ir en nuestra contra. Me da pereza, me provoca ansiedad.
Aun queda verano, casi tres semanas, aun queda calor, luz, fiestas y verbenas. No quiero desaprovechar estas últimas semanas de un verano raro. Desde luego este no será el verano de mi vida.
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(*) Septiembre. Tontxu. Se vende, EMI Odeón, 1997.