Quién no se acuerda de aquel capítulo de Heidi en el que llegaba el deshielo de la montaña y volvía a correr un hilillo de agua por el arroyo y salía la primera flor de la primavera? Yo lo recuerdo tan nítidamente porque había un cromo de la colección, que por supuesto también hice, en el que venía esa foto.
Pues esta mañana, después de la ventisca de ayer, ha salido el sol y la nieve poco a poco ha empezado a derretirse. Goteaban las casetas como si fueran casitas en Candanchú, se abrían pequeños arroyos a través de la nieve y la vida volvía a su curso.
Así que, previendo que será la única nieve que pise esta temporada, me he calzado mis botas de agua y me he ido a dar una vueltecita por la obra con la cámara de fotos para inmortalizar el momento. Luego las usaremos para justificar retrasos…