Es matemático. Nunca me había dado cuenta hasta hoy, por eso sé que es matemático: el tercer fin de semana del año, el domingo, me deprimo. He estado haciendo memoria para saber desde cuando y al menos, con hoy, van cuatro años. Los motivos son diferentes, cada año hay uno distinto, pero siempre hay algo. Lo malo es que en estas circunstancias es fácil enganchar con otros motivos, digamos accesorios, que engordan la bola de nieve. He buscado una razón convincente, y la única a la que he llegado es que es el momento de mayor debilidad después de las navidades y las vacaciones, cuando las hubo. Se me pasará, porque siempre se acaba pasando (la experiencia de los tres años anteriores me lo demuestra) pero no deja de ser una putada.
Para el año que viene tendré que organizar algo interesante para ese domingo. Por si acaso.
Tengo una explicación para este episodio que comentas que se repite anualmente.
El primer fin de semana queda el amparo de la festividad de los reyes, generando ilusiones, descanso, regalos, expectativas. El segundo sirve como puente entre la rutina laboral y personal y la navidad, siendo los buenos recuerdos cercanos y casi tangibles, y el tercero es la toma de conciencia de la finalización del período vacacional/familiar.
Ánimo que todo el mundo pasa por esta fase de asimilación.