La ruta desde Arturo Soria me deparó ayer un descubrimiento: las bambas de flores. Las llevaba una chica y parecían cómodas. Discretas no, pero cómodas sí parecían. Aunque me da que para el frío de estos días no son demasiado calentitas.
La línea 4 para en Diego de León y allí debe haber una academia de azafatas, secretarias, algo; porque las chatis que se suben no parecen informáticas…
Y una última.