Sorpresas

Cuando a las siete menos cuarto sonó el despertador y me levanté, eché un vistazo por la ventana del salón. La calle limpia, el cielo cubierto y el alfita, aparcado enfrente de la puerta de casa, sin rastro de hielo. Una vez más las predicciones de Mónica anoche se cumplen a pies juntillas. Tres cuartos de hora después salgo a la calle camino a la estación y noto frío, aunque menos que ayer. Transbordo en Atocha, transbordo en Nuevos Ministerios y al salir a la calle en Colombia: la nieve. Nevaba copiosamente. No eran copos sueltos propios de la precipitación y de la temperatura baja: era una nevada en toda regla, y yo sin capucha ni gorro ni nada. Sólo yo y mi pericia para subir la calle Colombia, con la acera nevada, y unas Munich que ya resbalan en determinadas superficies en seco, pero ahora sobre nieve. Así luce la calle en dónde está la Copisa. Podremos salir a las tres?? O nos tocará pasar el finde aquí encerrados a lo Gran Hermano? Dos horas más tarde… El paseo de la Habana y al fondo, la torre Picasso Y el famoso muro que se iba a caer No sé el resto de la ciudad y de la Comunidad, pero esta zona está preciosa. A abrigarse y a disfrutarlo, aunque sólo sea visualmente.

A mi, plin

— El hotel Urban no es gran cosa. — Todas las paredes tenían puertas que se abrían y cerraban sin saber muy bien por qué. — No hemos comido gran cosa. — Hemos mangado varios ceniceros. — La tarta Sacher estaba de muerte. — Me he tomado dos copas. — He bailado bastante. — He cantado bastante. — He liderado una conga. — Salgo en cienes de fotos. — Nos hemos ido a un karaoke. — Hemos pasado mogollón de calor. — He cantado (con y sin micrófono) más. — He bailado como llevaba sin hacerlo… — Me he tomado otra copa. — He recibido un hielo mordido por una compañera y se lo he pasado a otra a su vez. — Mis compañeros llevaban, en general, un morao de flipar. — Si me amputaran ahora mismo de rodilla para abajo sin anestesia no sentiría dolor. — Ya no tengo voz. — He vuelto, después de mucho tiempo, a tener la sensación de pertenecer a un grupo. — Mañana intentaré ir a currar.  

He vuelto a hacerlo

Quien me conoce, en persona y bien, de tiempo atrás, sabrá de mi cleptomanía. Hacía tiempo que era discreta, casi insignificante; yo mismo pensé que se limitaba ya a toallas de hotel y poco más, pero este mediodía he descubierto dentro de mi abrigo el centro floral de la mesa de donde hemos comido… Mis compañeros me han picado y yo no les he defraudado… Y ahí está, en mi mesa, porque además la flor tiene los colores corporativos y eso está muy bien visto, claro que sí.

Vaticinio

Murete de separación medianero entre dos fincas de la calle Romero Girón. Después de forrar la fachada con una ventilada de paneles metálicos, deciden terminar la obra derribando el murete actual, inclinado, vencido por las tierras de la finca más alta y construir uno nuevo, de hormigón. Del armado no tengo foto, pero es de risa. Unas varillas del 8, igual del 10 (y les hago un favor), pinchadas aquí y allá y atadas a tresbolillo. Del encofrado sí tengo foto: Ayer, de vuelta del desayuno vaticiné que reventaría al hormigonar. Está hecho con planchas de aglomerado de 10 milímetros (tela!) cuajado con tablas en horizontal y acodaladas por aquí y por allá. Hoy veo que están fabricando el hormigón a mano, con hormigonera, así que igual no revienta, porque llevan un ritmo de vertido muy lento, lo que hará que el hormigón ya vertido vaya fraguando poco a poco. Si revienta, cosa que es bastante probable, prometo foto. Buen finde!

Polivalencia

Como con las piscinas y las plazas de toros no he tenido mucho éxito este año, mi jefe da un giro de tuerca y me enchufa aparcamientos subterráneos. Tres tengo encima de la mesa, y los tres son en Torrejón de Ardoz, en donde tengo un contacto en el Ayuntamiento del que no voy a hacer uso, porque uno es muy legal. Tonto, pero legal. Uno de los tres tiene encima un centro deportivo, que te imaginas que será un gimnasio o un pabellón cubierto o unas pistas de pádel o algo así. Y al abrir el plano te encuentras con que sí, lleva todo eso, pero además, para aprovechar al máximo la edificabilidad, le han metido la Escuela Municipal de Educación de Personas Adultas, la sede de la Cruz Roja y las sedes de la Hermandad de la Virgen del Rocío y la Hermandad de la Veracruz. Esto es polivalencia y lo demás es tontería. Feliz finde a todos. A mi me toca curso intensivo de flash.

COAATIEM

Este es el nuevo acrónimo/sigla/call it what you want del Colegio. Antes ya era largo, pero ahora lo es aún más porque hemos dado cabida a los IE, que aún no existen, pero existirán en el futuro (existiremos!). Así que desde ahora la nueva denominación del Colegio es (tomad aire): «Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Madrid», tomaya! Hacen falta tres líneas bajo el logo; y a cambiar otra vez toda la papelería y cartelería! Por qué? Porque sí, porque así el Colegio de Madrid es el primero en hacerlo y es el más guay. Oficialmente, dice la nota que «supone un gran éxito para nuestra corporación y sin duda, un ejemplo que servirá de ayuda al resto de colegios».  Siempre me ha gustado ser parte de un todo ejemplarizante…

Viva Honduras!

Después de un mes de octubre algo accidentado con las enfermedades, ayer debuté con derrota en el torneo de pádel de la Copisa. El torneo alcanza su segunda edición y en esta ocasión, como en la anterior, mis compañeros y rivales me pidieron un logo para hacernos unas camisetas y dar una falsa sensación de profesionalidad en las pistas. Yo hice mis deberes: un logo; y además este año, en lugar de tener que imprimir el A3 con los resultados en excel cada vez que alguien juega, les he subido los resultados a una tabla para que los pueda consultar todo el mundo cuando quiera en internet. Y están todos tan contentos, oye, como si hiciera falta ser Bill Gates para semejante simpleza! En fin… Además de esto, encargamos unas camisetas; yo pedí expresamente camiseta, que pesa menos y es mejor. La camiseta se ha terminado convirtiendo en polo. La camiseta debía ser blanca o naranja, que eran las dos versiones del logo que entregué; finalmente es azul marino. Y el remate del tomate: la banderita que me revienta. Fui el único que dijo no a llevar la bandera en la camiseta, pero debo ser el único que entiende que si todos los que jugamos hemos nacido en España y nuestros rivales no son extranjeros, no hay necesidad de distinguirnos de nadie, ni de identificarnos ante nadie, ni de abusar de un símbolo; pero debo ser raro, ya digo. Finalmente no fue una bandera puntual, sino una lineal sobre el borde del cuello y los puños de la manga, así a lo fumarel… tendremos también que escuchar el himno antes de cada partido?

Oscuridad

Acabo de tomarme el último café al sol, en las escaleras, como siempre. Acabo de disfrutar del último día, del último rato antes de entrar en la oscuridad. La oscuridad significa que esta tarde, a las seis y media, cuando se abra la puerta de la oficina estará anocheciendo, si no es de noche ya, y seguirá así hasta que salga del metro mañana por la mañana para volver a meterme aquí. Además, mañana… nos han advertido de que mañana va a ser grande, muy grande la sensación de frío. Y va a llover. Incluso nevará, aunque no aquí (en Madrid nunca nieva). Pasaremos de ir con una camisita y un jersey porsi, a bufandas, gorros, guantes, abrigos, capas y más capas que nos protejan de la lluvia, del frío, de la oscuridad… Y mientras eso llega, en la tienda de la esquina se apresuran a colgar grandes lazos con lucecitas blancas con dos meses de antelación… 18h40. Camino del gimnasio. Los adornos encendidos un 27 de octubre… con dos huevazos!

Doña Rogelia

Hay días que me siento como doña Rogelia. El miércoles, mientras hacía ostentación de mi Pantera Rosa ante mis compañeros de Obra Civil, se me ocurrió decir que era la hora de la merienda y que solo faltaba Rita Irasema. Laura, una compañera cordobesa de 23 años me miró con cara extrañada: no sabía quién era Rita Irasema! Le expliqué que era la hija de Miliki y la hermanísima de Emilio Aragón, que vestía chalecos estrafalarios y llevaba siempre una diadema en la cabeza superapretada y para más remate una coleta con coletero. Y siempre estaba de buen rollo, cosa que a mi me reventaba bastante. Pero ni con esas. Ayer, esta misma compañera, que siempre que viene a tocarme las narices me tira el Speedy González que me tocó en el roscón de Reyes de la Copisa, y que tengo puesto con un celo en el canto de la pantalla del ordenador, me preguntó que quién era este muñeco. Tuve que tirar de youtube para explicarle quién era y qué hacía. «Eso veías tú de chico?» me dice con deje cordobés. «Qué lástima…» Esta mañana alguien dice al teléfono «te mando mis datos de contacto» y a mí se me ocurre decir «Contacto con tacto». Y se hace un silencio, de esos que se hacen cuando la gente no tiene qué decir. Nadie conocía el programa de Bertín en el que éste, un poco achispado, intentaba subir de tono a los que iban buscando pareja. Cómo puede alguien haber crecido sin conocer a Rita Irasema? Tan mayor soy?

Pantera Rosa

Estaba en la cama malísimo, a punto de derretirme por la fiebre y fundir el nórdico con el pijama, cuando recordé que me había dejado una Pantera Rosa en el cajón de la mesa de la oficina. «Ay! mi Pantera Rosa, mañana llamo para que alguien se la coma y no endurezca» pensé, pero después caí dormido y al despertar a la mañana siguiente, entre toses y estornudos, olvidé la llamada y la propia Pantera Rosa. Esta mañana al abrir el cajón la vi. Mi Pantera Rosa! La he apretado con cuidado para comprobar el grado de dureza Brinell que había adquirido, pero para mi sorpresa aún estaba blandita y al verla he oído a la propia Pantera Rosa del envoltorio decirme «cómeme, no esperes más, cómeme!» He esperado casi toda mi jornada laboral para atacarla porque, aunque esté en los huesos (esta mañana me lo han vuelto a repetir hasta ser molesto) hago mis cinco comidas diarias y la Pantera Rosa y el cafelín de máquina son, ahora mismo, mi merienda, la cuarta comida del día. Caducaba el jueves, pero aunque hubiera caducado ayer, o la semana pasada, me la hubiera comido igual. Es tan rosa que no me puedo resistir…

Semana de la Arquitectura

Se celebra esta semana la Semana de la Arquitectura, que empezó siendo un sólo día: el primer lunes de octubre. Los primeros años yo fui muy fan; se podían visitar edificios que normalmente no, y yo estudiaba todavía, por lo que tenía tiempo y ganas. Ahora se ha masificado un poco (como todo), los horarios sólo son permisibles para estudiantes y jubilados y además cada año yo soy más y más perezoso… como el oso. Este año anduve buscando información con tiempo porque quería ver el CTBA, pero la visita es por fuera, y eso lo puedo hacer cualquier sábado por la mañana. Así que paso. En compensación por las fotos que hubiera hecho desde dentro, os dejo un reportaje que trae la revista del Colegio este bimestre sobre el edificio Caixa Forum de Madrid. Escaneado hoja-a-hoja. Sé que hay varios bloggers interesados, asínque: a disfrutarlo! [Caixa Forum] Paciencia, que tarda una miqueta en abrir.

La vendimia

Pagaban cinco mil pesetas por día. Yo ya tenía mis exámenes de septiembre aprobados y mi matrícula hecha, así que me fui pensando que en un par de semanas me sacaría 70.000 pesetas (una barbaridad) con la que afrontar el curso 97/98. Duré dos un día. El domingo por la noche nos fuimos pronto a la cama porque al día siguiente había que levantarse a las seven para estar a las ocho «en el campo» (aún sonrío al recordarlo). Soy un patoso para todo, generalmente, pero hacia el mediodía había conseguido cogerle el truco a la navajilla y al proceso de agacharse, cortar el racimo, echarlo a la espuerta y, una vez llena, vaciarla en el remolque. Hasta ahí bien. Más o menos. Terminamos, volvimos a Fuensa, dimos una vuelta y nos fuimos pronto a dormir para repetir el proceso al día siguiente, como auténticos temporeros en Francia. El Rodol me despertó y entonces lo noté. Noté una sensación extraña: noté la nada. No era capaz de sentir mis manos, ni mis piernas, ni nada que estuviera por debajo del cuello. Creí que esa noche me había quedado tetraplejico. Pero eran agujetas. Las peores y mayores agujetas que he sufrido nunca. A duras penas llegué a la viña del Señor e intenté mantener el ritmo que imprimía el Rodol a la vendimia, pero yo era un cadáver rodeado de uvas. Ni las tabletas de glucosa del lunes, consumidas en cantidades cercanas a la sobredosis, habían conseguido librarme de ellas. Esa tarde volví a Madrid. El Rodol me excusó al día siguiente diciendo que mi abuelo se había puesto malo y había tenido que volver a casa, aunque todos sabían que el madrileño no había soportado el esfuerzo. Y era cierto. Saqué sólo diez mil pelas y me compré unos náuticos Snipe. Dice el Rodol que, todavía hoy, cuando se cruza con el dueño de la viña le pregunta por mi abuelo… Hoy esperaba levantarme así, pero por suerte, y dopado con Gelocatil, aquí estoy. Mis triceps (si es que yo tengo de eso) pesan, pero no duelen. Menos mal, porque esta vez no me llevo ni las diez mil pelas.

Start over

Let’s start over I’ll try to do it right this time around It’s not over / Daughtry / Daughtry / 2006 Al llegar esta mañana a la Copisa escuché el enésimo «qué moreno estás» y, algo que me desconcierta un poco, el enésimo «estás más delgado». Fue el top #1 en la boda, pero no esperaba que aquí, en cuatro tres semanas, fueran a notar diferencia entre el yo que se fue de vacaciones y el yo que vuelve. Pero parece que la hay; aunque el yo que vuelve no va a consentir que se siga cuestionando su delgadez. Acaso alguna vez me he parecido a Piraña? Nunca. Pues eso. Envidia. En la oficina iban a hacer obra pero a fecha de hoy solo ha desaparecido un tabique del sótano. Me ha tocado cambiar el rollo del ploter, igual que el día que me fui, y ya me han programado para mañana el primer amistoso previo a la Copa Copisa de Pádel, edición 2008. Lo malo de volver de vacaciones es que en cosa de dos horas tus compañeros ya te han pisoteado los recuerdos de tus calitas, de tus playas, de tu pereza estival, de levantarte y ver el horizonte azul del mar, de «la ràdio musical de Catalunya-ràdio Flaixbac» y de todas esas cosas que hacían que la vida fuera completa, perfecta, y que hay que abandonar en favor de los viajes en metro, la jornada partida, «tus números uno de ayer y de hoy» y la vida normal… Relax. Take it eeeeeeeasy…

The final countdown

La cuenta atrás llegó a su final. Por partida doble. Hoy se me termina el curso. Hace muchos, muchos años fijé la fecha del catorce de agosto como el fin de curso. Hasta aquí el presente y desde mañana el siguiente. Esta noche siempre es víspera de fiesta y además aquí son fiestas así que me aseguro fuegos artificiales, música y gente en la calle como en nochevieja. Pero sin uvas, claro. Hoy además (por fin) empiezo las vacaciones. Sobra explicar que las necesitaba mucho, mucho, mucho este año. Y por fin llegaron. Casi un mes para desconectar (necesitaré un par de horas) y olvidarme (otra más) del curro por una temporada. A la vuelta seguirá allí, seguro que con más sorpresas, así que mejor olvidarme y volver con ganas renovadas y muchos planes por cumplir encima de la mesa. Así que esto parece una despedida. Aunque dejo varias entradas programadas, la primera semana estaré todavía en casa; hay zarzuela, un cumple, sesiones de horas y horas de sueño atrasado, algo de bricomanía y luego diez días de playa, alvias, aves y aviones. Cuando llegue a la costa mendigaré algún wifi, y siempre me quedará mi Vodafone live! por lo que no creo que me desconecte del todo. Y otra semana más de reenganche con boda included. Prometo no desaparecer mucho y seguir estado en la zona mixta. Besos para todos!