Antojo
Antojo de helado a las once y media de la noche y nada en el congelador. La solución de este problema pasa por una gasolinera, un Opencor o un chino de barrio. La opción a priori más barata y más rápida es esta última. Dando la vuelta a la manzana se podían encontrar hasta tres, uno en cada lateral de la misma. El primero cerrado, el segundo abierto. En la puerta de la calle cuelga un cartel de Nestlé con sus helados de palo y sus precios. Yo busco tarrinas. En el segundo arcón encuentro lo que busco. Y más. Junto a los helados de Nestlé se amontonan barras de helado al corte y tarrinas de litro, ambas de la marca Hacendado. Tomo sorprendido una tarrina de leche merengada. Debajo hay magnums. Cojo una caja de 6 minis. Y pago en el mostrador: 9,50. En la página de Mercadona la tarrina de helado cuesta 1,60; en la de El Corte Inglés los magnums valen 3,39. El antojo ha salido cuatro euros y medio más caro que si hubiera estado previsto. Pero me da un poco igual. Lo que no me deja vivir ahora es si un chino puede vender productos del Mercadona, así de alegremente, un 50% más caros…