De pequeño fui poco a la playa. Recuerdo tres años, igual cuatro, pero pocos más. Yo tendría diez o doce y lo de ver el mar me causaba una sensación tremenda, porque eso me hacía darme cuenta de que no estaba en casa. Y aun siendo nosotros, yo era alguien diferente. Recuerdo las horchatas, las leches merengadas y las idas y vueltas por el paseo marítimo. Hasta llegar allí, a las colchonetas.
Las colchonetas, las camas elásticas, me gustaban y me daban miedo por partes iguales. Me gustaba esa sensación de flotar, de que algo te empujara hacia el cielo, de poder saltar más o menos sólo con girar un poco las articulaciones al pisarla. Pero a la vez me daba un miedo tremendo meter la pata en los bordes o descontrolar y salir despedido para caer a saber dónde.
Con los años uno deja de subirse a las colchonetas reales para hacerlo de forma figurada. Este verano, estas vacaciones que ya tocan a su fin, han sido 26 días saltando en una cama elástica. Saltando despacio y cogiendo fuerza para saltar más alto, yendo hacia los bordes con la idea de impulsarme y caer cerca del borde opuesto, en sitios donde pensaba que nunca llegaría, dar volteretas en el aire, volver a caer, sentarme y levantarme, impulsarme para llegar cada vez un poco más alto, más de lo que había imaginado. Mas aún.
Al salir de las colchonetas tenía la sensación de que las piernas me flaqueaban, pero al instante, al recuperar la sensación de suelo firme, me sentía ligero a la vez que fuerte, capaz de hacer cualquier cosa que me propusiera. Y esa es la fortaleza que espero encontrar esta noche, cuando me baje de mi colchoneta para empezar el nuevo curso.
Pues bienvenido al mundo real!
Por fin alguien que afronta el sindrome post-vacacional como tiene que ser.
😉
lo de encontrar la fortaleza es cuestión de memoria. la fortaleza la tienes. sólo hay que recordar en qué lugar la pusiste…
feliz regreso!
Me he mareado sólo de leerte
Eres todo un poeta.
Me alegra leer este especial resumen de tus vacaciones … aunque me corroe la curiosidad, por algo soy géminis (mi tercer nombre debe ser «Curioso») ;-p
Besicos.
que bonita manera de comenzar una nueva etapa. Ale, con fuerzas recuperadas y que sea leve!!!
Tienes un trauma… no lo ocultes, todos lo sabemos gracias a tu descripción.
PD: Jijiji, tranquilo, esos pensamientos raros se pasan cuando te incorporas al trabjao. Bienvenido!
animo con la vuelta! planteándotelo asi, se hace menos duro 🙂
Neneeeeeer! Se acacbó lo bueno! Yo estoy con la misma sensación de vértigo y la verdad es que los tengo como de corbata… 😛