Infidelidad

La semana pasada me llamaron de un consulting (las palabras textuales de mi interlocutor fueron «somos una empresa de cazatalentos») para una entrevista. Quería que le mandara un CV para ver si encajaba con lo que buscaba y concertar una entrevista. Le dije que sí, porque a todos nos gusta que nos ronden y porque nunca había entrado en las Torres de Colón y era una oportunidad.

La entrevista en sí fue bien. Tuve que hacer esfuerzos por contenerme en varias ocasiones. El consultor tenía frenillo y palabras como responsabilidad, obra, proceso o Dragados sonaban a chiste. En general todas las erres, pero fui capaz de guardarme las sonrisas. Resulta que me llamaron a mí porque «un antiguo compañero nos ha hablado de ti y piensa que puedes encajar». Creo saber quién es pero me hice el sueco (él tampoco quiso decirme más). De cualquier forma, y en el supuesto de que la cosa avanzara bien, va para largo; incluso me preguntó por las vacaciones para respetármelas, un detalle.

Pero ayer en la entrevista me di cuenta de varias cosas. La primera es que mi CV cada vez encaja mejor en determinados puestos por lo completo que parezco (al menos sobre el papel). La alternancia obra/oficina y el rosario de constructoras grandes, medianas y pequeñas por las que he pasado han configurado una forma de trabajar que coge lo mejorcito de cada casa.

La segunda me gusta menos y propició la primera crisis del verano. El entrevistador me preguntó por el futuro. «Cuáles son tus objetivos para el futuro? Cómo te ves en unos años?»

«Calvo, como verás, ya no», acerté a decirle mientras improvisaba/pensaba una respuesta que no sonara a virgencita, virgencita, que me quede como estoy. Y ya toda la tarde y toda la noche dándole vueltas al molino del futuro. No soy muy futurista. Mi vida se configura de 3 en 3 meses y mirar más allá de ese período no me interesa por infructuoso; pero es cierto que en este verano, con independencia del desenlace de esta infidelidad, debo empezar a plantearme cosas. Y es algo que no me mola nada de nada.

8 thoughts on “Infidelidad

  1. ¿Qué no te mola? Hace unos meses renovaste con la empresa con la que estas porque te encontrabas agusto…
    Pues yo pienso a largo plazo, bueno largo, a un año vista. Me gusta tener todo muy calculado, que nada se descuadre para ¡¡¡poder hacer de todo y que todo se hagaaaaaa!!
    Te estas volviendo exigente, lo sabes y… miedito me das. Hombre, es bueno ser exigente pero no te pases que, tal vez, te pases de largo 😀
    Me has dejado con la duda… ere’ lo peor

  2. No me gusta hacer grandes planes, aunque eso no implica que no me guste tener las cosas controladas… Preguntale a cualquiera de mis amigos…no me gustan las sorpresas 😉 Al menos me gusta olerme algo…claro, que también soy una curiosa empedernida.
    No te agobies, un@ nunca sabe qué le depara la vida, haces planes y después se truncan. Así que la próxima vez que te pregunten eso, sólo contesta «estar haciendo algo que me llene ;)» y si es una entrevista, terminas con un «como mejorar en mi profesión». Jejeje, anímate torrija.

  3. Te agradó la oferta que te hicieron o es de esas entrevistas que tienes que ir 20 veces?
    Eso de plantearte cosas es que ya te has hecho mayor. Te lo dije.

  4. Odio la pregunta esa, o la de «Nombra tus principales virtudes/defectos» que te dan ganas de decirle «A ti te lo voy a decir»

  5. Yo creo que hay una serie de preguntas que siempre se repiten, así que es mejor ir preparado ya de antemano para soltar una parrafada que quede bonita…

  6. Qué pereza lo de as entrevistas … aunque llega una edad en la que se pasa de tó.
    Que me alegro, que ojalá salga bien.

    Besicos.

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