Junta

La de hoy era la tercera junta de vecinos de ésta, mi comunidad; la segunda a la que yo acudo. Y se nota perfectamente porque mis vecinos han perdido completamente el interés. Y no es de extrañar.

El administrador de fincas que tenemos sigue siendo el mismo, a pesar de que el año pasado hubiera un conato de cese, y pertenece a la misma sociedad que la promotora y constructora que ejecutó en su día y que ahora y durante los tres últimos años ha hecho caso omiso de todas las reclamaciones que a modo particular cada uno por sus medios y en conjunto en las juntas se le han presentado. El administrador, el representante, lo que quiera que fuera el abrigo largo y los castellanos granates que apuntaba, nos dice que él da aviso pero que luego si «la promotora hace o no hace», ya no depende de él.

Y de repente voy y digo: «tenemos opción de ver esas reclamaciones? Nos puedes dar copia de los faxes o -yo prudente- lo que le mandes?» Cara de circunstancia con corbata. «Si, bueno, os puedo enseñar ese fax». La respuesta empieza a desinflarse ante la sospecha (cierta) de los presentes de que esos faxes no existen y de que la comunicación es verbal (y ya dice la Fergó que «las palabritas se las lleva el viento»).

Mi vecino del A interviene para decir que lo mismo da. Que él incluso se ha presentado en la oficina varias veces con la esperanza de poder plantear sus problemas pero que le toman nota y los días pasan. Vuelve a salir a la superficie el tema del armario del Canal que está en la fachada, bajo mi ventana, cuyo marco está desencajado y la puerta siempre abierta. El abrigo con castellanos vuelve a decirnos que el da aviso pero que si luego no vienen…

Y de nuevo el listobas (ese soy yo): «si el problema es conseguir que alguien venga a solucionarlo, ahora tienes una oportunidad con la obra de la esquina [en la esquina de enfrente ya han empezado a cimentar y la constructora es la misma que la nuestra]». Mirada con sonrisilla del abrigo con castellanos y bocadillo saliendo de su boca pensando «tú eres un listillo de mierda que me está tocando las pelotas con ese llaverito de casco de obra». «Me refiero -insisto para no quedar muy de listo- a que si el problema es que venga alguien físicamente aquí a arreglarlo, en el próximo año y medio va a venir un fontanero por narices a esa obra. Que se pase y lo mire, no?»

«Claro», me dice. E inmediatamente después pregunta si hay algo más para tratar de cerrar esta junta y bajarse a hacer la del garaje. Tan rápido ha disuelto que ni me ha apuntado como asistente (aunque se acordará de mí seguro al escribir el acta) ni ha nombrado un nuevo president. A menos que lo hiciera nada más empezar, durante el minuto que no estuve. Por el momento ya he dejado la duda sembrada entre mis vecinos porque con mi vecino del A estuve hablando al final durante casi 6 minutos. Toda una marca para ésta, mi comunidad.

4 thoughts on “Junta

  1. Eres mi ídolo. Junto con mi madre, que cada vez que baja a las reuniones monta un espolio de la leche, eso sí, no pierde los modales y es correcta; no veas como va a deguello con las típicas «¿sabes una fecha aproximada?/¿seguro que has tomado nota, a ver…?/Insisto sobre el tema…/No es así porque…/Según cita la circular…» y terminan sudando y desesperados jajajaja.

    Y bueno, eso si contar que hemos tenido en la reunión al presidente borracho perdido, a la vecina del 2º bajando las escaleras y diciendo «¡¡ezo no es azín!!!» porque estaba con la oreja pegada a la puerta y ha bajado en mitad de la reunión, chillidos con verborrea incontrolada por parte de la vecina del 1º que mide 1.40 con el brazo en alto y dedo acusador, vecinos que eructan y se tiran pedos (lo juro), algunos se van sin despedirse en mitad de las reuniones, etc…
    Son muy divertidas jajaja. Sigue dandole caña al del abrigo y zapatos castellanos, que no pinta con muchas luces. Saludetes

  2. jaja me parto con estas reuniones. En mi comunidad es un show siempre hay alguno metiendo cizaña y las histericas dando voces jeje

    Es ley de vida, en todas las reuniones de este tipo siempre pasa alguna anécdota divertida. A mi cuando terminó una reunión me vino a felicitar el presidente por mi intervención, porque se me calentarón tanto las narices que hablé claro y conciso y nadie se atrevió a replicarme… si es que cuando me pongo seria….jaja

    Bueno ánimo para la siguiente y a por todas juas juas

    Txutxines

  3. Esque tienes razón, eres un tocapelotas! Si no habeis sido muchos los presentes, la próxima la podías proponer de hacerla en tu casa, como los de «aqui no hay quien viva» así te crearías un ambiente más íntimo y más calido…
    😛

  4. pero kien es al final el juan cuesta? mi madre es la caña en las reuniones, vamos que la temen en turno de sugerencias y opiniones…

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