Qué hago?

Como bien sabrán mis más asiduos lectores (sic) vivo con un pez. Vivía.

Después de la muerte de Venticinco estuve unos días dudando entre adquirir otro pez y continuar la vida o desechar la idea de la convivencia, aunque fuera con un pez. Finalmente opté por la primera y, a petición mía, me regalaron un pez nuevo, de la misma especie que el anterior, aunque de otro color.

Desde hace unas semanas vengo notando que a Trapo, a quien no presenté en su momento, le pasa algo. La influencia de ver tanta serie médica y el hecho de que dj Tiësto ya no signifique nada para él me ha hecho llegar a esta conclusión. Así que esta tarde me planté en Verdecora a preguntar por la enfermedad de Trapo a la doctora house de turno, que en este caso era Araceli (cajera: Araceli; no dice si estaba peinada). Araceli me preguntó si Trapo tenía unos puntos blancos, a lo que respondí que creía que no, pero que tampoco me había puesto a buscarlos. Sí que le noté el domingo al cambiarle el agua que estaba como más pálido, que su azul era menos brillante.

Finalmente, y previendo lo peor, me he traído tres peces nuevos. Ahora resulta que los luchadores (como Trapo y Venticinco) no son de agua fría. Hay que joderse. Pues Venticinco me duró siete meses y Trapo bailaba al son de Tiësto todos los sábados por la mañana mientras yo hacía la casa.

Los nuevos inquilinos de la pecera globo son dos boinas rojas, a los que he bautizado como Los Nemos, porque se pasan el rato haciendo bob-bob con la boca y un telescópico negro, que es un pez con los ojos muy pero que muy saltones, que se llama Rodolfo en honor a su patrocinador (por cierto, te faltan 10 céntimos). Rodolfo no sabe nadar bien; y no lo digo por el patrocinador, que tampoco es David Meca, sino por el pez, porque entre los ojos saltones y el movimiento que lleva no sé, no parece que tenga el estilo de Los Nemos. Es como tener a ET en la pecera. Habrá que darle un tiempo.

Araceli me ha preguntado qué le daba de comer. Y yo le he dicho, desde mi más profunda ignorancia y sinceridad, que comida para pez. Al final me ha hecho casi sentir mal (y además todo el lío) y he comprado larvas rojas liofilizadas, que es lo que comen los luchadores, los boinas rojas, los telescópicos y en general todos los peces de agua fría. Y las larvas son eso, larvas de mosquito congeladas en daditos que hay que partir por la mitad, templar en un colador con agua caliente y echar a la pecera cuando estén descongeladas. Ahí es nada. Y me parecía que tener un pez (o varios) era una tarea simple! Al llegar a casa compruebo que lo que le doy de comer a Trapo son las mismas larvas de mosquito que he comprado, pero secas, que además son más caras (por eso hoy opté por las congeladas); será que el proceso de abrir el bote y espolvorear unas pocas sobre el agua y ahorrarte el rollo de la descongelación se paga más caro. Así que ahora tengo larvas de mosquito en casa congeladas (en el congelador, of course) y secas, en el tarro en la despensa desde hace un año. Y han cundido poco, así que hay larvas para rato. O no, porque nada más hacer la ceremonia de presentación de Los Nemos y Rodolfo a Trapo, que sigue agonizando en el fondo del globo y que apenas si se ha inmutado con la llegada de los nuevos, he procedido a espolvorear un poco de larva seca sobre la superficie del agua. Han tardado en comérselas lo que ha durado Anatomía de Grey, si no menos. Por suerte las larvas se gravan solo con un IVA del 7%…

Ahora me queda una duda, una gran decisión por tomar antes de irme a la cama. Dejo morir a Trapo de muerte natural en el fondo de la pecera, lo saco y sacrifico desagüe abajo o lo dejo en la pecera a merced de tres hambrientos peces nuevos? Porque Araceli me ha advertido de que seguramente lo que pase en el supuesto de una convivencia sea que termine como terminan todas, a lo Gran Hermano. Eutanasia, asesinato o canibalismo? Tengo que permitir que una de estas conductas se lleve a cabo en mi casa y con mi consentimiento, si no incluso con mi participación… No sé qué hacer. Voy a cenar y lo decido mientras. Hoy tengo fletán.