Los viernes a mediodía toca la hora del pincho. Saliendo a las 14h30 y tal y como está el servicio, no llegamos a casa (algunos) hasta las cuatro de la tarde, con lo que se nos hace un poco lejana la hora de comer desde que, a las 9 de la mañana, salimos a tomar café -y donut de chocolate-.
La novedad de este pincho de tortilla es la variedad: tortilla con cebolla, sin cebolla, con pimiento, con pimiento y cebolla, con jamón serrano, con jamón y queso, con chorizo y, el mejor de todos, con beicon. Es tal el despliegue de sabores que hay viernes que me cuesta decidir entre uno y otro. Pero al final cae. Hoy tocó chorizo. Con ese cuartillo de tortilla y su cocacola de acompañamiento seremos capaces de llegar vivos (y sin un agujero en el estómago) hasta la hora de comer.
La mejor, tortilla paisana y como en Asturias en ningún sitio. Imagino que habiendo vivido (temporalmente) alli la hayas probado, sino, pa’matarte!