Vecinos, bebés, lloros y demás

Ayer se presentó en mi casa, finalmente, la vecina del primero.

Estaba sentado al ordenador cuando noté un movimiento raro por la ventana. Miré y, efectivamente, alguien se llevaba una sudadera que cayó el sábado. Había estado colgada de la cristalera desde entonces, esperando a que alguien bajara a por ella, según habíamos quedado. Justo en ese momento suena el timbre de mi casa. Abro y veo a la vecina del primero, y a su pareja/novio/marido. «Venía a por un pantalón que se me ha caído». La sudadera era suya, porque la tenía en la mano su pareja/novio/marido, y el vaquero, que no sabía ni que estaba, también. Por un segundo he estado tentado de preguntarle todas las dudas que me asaltan cuando empieza a molestar con sus ruiditos, pero he pasado.

Ahora tengo otra molestia: un bebé. Un bebé-robot, programado para llorar exactamente a las 00h30 (o en su defecto a la hora en la que yo me meta en la cama). Vive en el portal 2, en la vivienda que comparte cabecero de cama con la mía. Y tiene unos pulmones de cuidado. Se le oye en el dormitorio e incluso en el salón.

De cualquier forma no es algo que me sorprenda. Cuando viví en Avilés tenía exactamente el mismo problema: un bebé que lloraba desconsoladamente a las 12 en punto de la noche. Lo peor aquí era que los padres se ponían nerviosos por el llanto y acababan discutiendo entre ellos y era más molesta la bronca (que además daba alas al bebé para llorar más fuerte) que el propio llanto en sí. Y los sábados por la mañana cuando aprovechaba para dormir todas esas horas que tenía pendientes… llegaba la abuela del bebé y se ponía a gritarle de esa forma que tienen las abuelas (y algunas madres) de hablar a los bebés: a gritos, pensando que cuanto más alto les hablen el bebé les va a entender mejor…

Ahora la historia se repite, pero en mi casa. Y de momento sin abuela.

One thought on “Vecinos, bebés, lloros y demás

  1. En casa de mis padres ocurre algo similar con el piso de arriba. Hay una niña pequeña, que junto con sus padres, se acuestan bastante tarde (cosa que no me parece bien, sobre todo por la niña) y mientras los padres ven la tele, ella se dedica a correr por el pasillo, jugar a la pelota… en fin, una delicia a la 01:30 de la mañana.

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