Me he visto un riñón

Hay gente que pasa los veranos siempre en Marbella, en Ibiza, en Mallorca, o que alterna. Es mi caso. Unos veranos los paso de noche en noche saliendo y disfrutando del buen tiempo y otros los paso en cama, en el ambulatorio o en el Hospital. Es el caso del año pasado y de este.

Este año, tras varias analíticas, hemos descubierto, entre otras cosas, que tengo trombocitopenia, o un conteo bajo de plaquetas. Dice mi hematóloga que esto puede deberse a multitud de cosas y que para establecer un diagnóstico diferencial, como en House, hay que empezar a descartar. Así que me pidió otra analítica (y este año deben ir ya como diez o doce) y una ecografía abdominal.

Y hoy, en un capítulo doble, como en las series de la tele, me han hecho las dos cosas. Esperaba más de la ecografía. Esperaba, lo primero un doctor/a más alegre y simpático que la que la hizo. Esperaba que pudiera ver lo que mostraba el monitor con más nitidez y esperaba que ella me fuera diciendo lo que se iba viendo. Pero no. No dijo más que lo estrictamente necesario (respire hondo, póngase de lado) y tampoco me permitió ver lo que se veía en el monitor.

En una de estas, estando de costado, deduje que lo que se veía en el monitor, de refilón, era mi riñón, no porque yo lo hubiera reconocido sino porque el aparatito que te pasan estaba en el costado justo encima de donde se supone que están los riñones… así que ahí estaba, con su forma de judía y todo. Del resto no vi mucho más y lo que vi no lo reconocí; me cuesta ver a un bebé en una ecografía de embarazada, qué voy a ver en una mía…