El eclipse, como no…

Tanto bombo lo habían dado que pensaba que sería más espectacular, pero resultó ser algo más sencillo. La luz bajó pero no todo lo que, al menos yo, esperaba. No es que pensara que se iba a hacer de noche, pero que iba a ser más como un atardecer. La temperatura bajó 5 grados, porque esta mañana había 17 cuando salí de casa y a las 11 sólo había 12. Y los pájaros volaban más bajos y más alborotados. Por lo demás, nada destacable. Eso en cuanto a lo perceptible sin gafas.

Del de verdad, impresionante, como todas esas cosas que ocurren, queramos o no, y que aún siendo tan simples entrañan tanta complejidad. Gracias a la Jefa de Calidad de la Delegación que traía unas gafas, henos visto el eclipse, el último hasta 2026… y pensar que para esa fecha aún no habré terminado de pagar todavía mi piso…

Con esas gafitas delante del objetivo de cámara y móvil he hecho estas dos fotos, en ése órden (disculpen la calidad y resolución de la segunda, aunque es la única en la que se ve la anularidad del eclipse):

De cualquier forma, esto, como todo, como mejor se veía era en la tele, porque en Telemadrid ocupaba toda la pantalla… pero la tontería de salir del bar con las gafitas de cartón puestas mientras te miran todos los currelas que están desayunando… no tiene precio.